Thursday, February 17, 2022

Endre Kiss, HACIA UNA INTERPRETACIÓN HOLÍSTICA DE LA FILOSOFÍA DE KARL JASPERS


Autor: Endre Kiss

Eötvös Loránd University Budapest, Hungría

andkiss@hu.inter.net








Agradecemos al autor, Dr. Endre Kiss, su permiso para publicar en el presente blog la versión en español traducida por Gladys L. Portuondo del original en inglés publicado en: Endre Kiss, "Toward a Holistic Interpretation of Karl Jaspers' Philosophy", en Existenz, An International Journal in Philosophy, Religion, Politics, and the Arts, Vol. 13, No 1, Spring 2018. Agradecemos también el apoyo para esta publicación de Helmut Wautischer, editor de la revista Existenz y Presidente de KJSNA. 

Véase en:  https://www.existenz.us/volumes/Vol.13-1Kiss.pdf





Resumen: De tres características tipológicas que pueden ser encontradas en el pensamiento de Jaspers, la primera es la secuencia de transformaciones completas, si no reevaluaciones, por medio de las cuales él cambió el pensamiento existencialista. Jaspers separa en dos partes el complejo existencial que no sólo había estado unificado tradicionalmente, sino que también había constituido por excelencia al pensamiento existencial en virtud de su unidad. Yuxtaponiendo la creación filosófica de significado a la existencialidad, Jaspers va más allá de los límites de la auto-identificación fundamental del pensamiento existencial, porque este tiene como rasgo la no aceptación de la asignación de un significado extrínseco. La segunda característica de la filosofía de Jaspers, que difícilmente podría integrarse en las tipologías existenciales existentes, consiste en la relación entre la ciencia y la filosofía. Lo que aquí se encuentra en riesgo no es la primacía exclusiva de la filosofía a expensas de la ciencia. Ambos lados de la relación entre ciencia y filosofía son de una cualidad única en el siglo veinte, con igual relevancia otorgada a ambas. Adicionalmente a la conspicua primacía distintiva de la filosofía, también es conspicua la afirmación de normatividad completamente transparente y simultánea de esta primacía. La tercera característica tipológica yo la llamaría perspectivismo. En este momento ya debe estar claro que esta característica sólo comparte provisionalmente el nombre con el concepto de Friedrich Nietzsche del perspectivismo filosófico. Esta cualidad de la perspectiva de Jaspers consiste en el hecho de que su pensamiento incesantemente dinámico abre nuevas direcciones inmediatas para la reflexión y la búsqueda. En el contexto del despliegue del proceso de pensamiento hay siempre nuevas perspectivas que se abren, las que Jaspers inmediatamente tematiza, reconstruyendo sobre ellas con una fructífera generosidad.


Palabras clave: Jaspers, Karl; Nietzsche, Friedrich; perspectivismo; existencialidad; significado, creación de; epistemología; legitimación de la semántica; tipología filosófica; ciencia.




Una interpretación holísticamente conceptualizada de la filosofía de Karl Jaspers puede realizarse sólo en bocetos, aunque la monumentalidad de la obra de su vida se encuentra en claro contraste con el término “boceto”i.


Esta obra filosófica no puede subsumirse bajo ninguna de las tipologías filosóficas conocidas hasta el momento. Este puede deberse a la razón (hasta ahora indeterminada) de que las tipologías filosóficas que se conocen hasta ahora podrían tener lagunas. Una posible razón adicional (igualmente indeterminada) podría ser que Jaspers ha unido las áreas individuales de la ciencia filosófica o de la filosofía de una manera tan ingeniosa como no ha sido realizada nunca por ninguno de los filósofos del pasado. Otra razón adicional igualmente posible podría ser que Jaspers no pensó en un recuento de los momentos importantes de su obra de vida como una unidad integral.


La interpretación presentada aquí no es un intento de ofrecer una nueva descripción tipológica de una tipología que ha sido ya suficientemente descrita en la filosofía. La filosofía de Jaspers es considerada aquí de tal forma que esta no asume posición alguna en ninguna tipología ya articulada o posible. Mi comprensión de una descripción tipológicamente determinada se relaciona con las tentativas exlusivamente filosóficas del uso de tipologías, mientras que las tentativas de sistematización conceptualizadas de modo diferente, como por ejemplo el intento reciente de Albrecht Kiel, son ejemplos significativos de estas últimas (donde todos los intereses de Jaspers se presentan como una unidad)ii .


Es bastante concebible que fue el proceder soberano y la autonomía del pensamiento que se manifiesta en una variedad de contextos lo que motivó a Jaspers a no preocuparse mucho con la tipología de su propio pensar.


Otra dimensión de este cuestionamiento consiste en que un nuevo cuestionamiento, relativo a la auto-concepción de Jaspers, se plantea una y otra vez. El objetivo de este es encontrar en qué sentido él se entendió a sí mismo como filósofo, o en otras palabras, qué clase de conceptos sistemáticos abarcadores él pudo haber tenido en mente, los cuales permitirían una clasificación tipológica de su obra dentro de la filosofía. Respecto a esta dimensión específica de su auto-identificación consciente, o tal vez no consciente, vale destacar que, por el hecho de ser médico y psiquiatra, su nombramiento para unirse a un renombrado departamento de filosofía fue decisivo, por lo cual se podría concluir que, debido a este hecho, él habría podido no haberle dado mucha importancia a las fronteras disciplinarias y a la necesidad, profesionalmente determinante, de pertenecer a una clasificación tipológicamente existente del pensamiento.


Cuando las filosofías forman tipologías sistemáticas -modos de pensamiento- que no pueden clasificarse en ninguna escuela, ellas no tienen usualmente reconocimiento. Jaspers no está solo cuando aborda este tema, debido al hecho de que desde comienzos de la década de 1920 surgió una serie adicional de conceptos que eran difícilmente clasificables y que en última instancia conformaron una orientación ontológica.


Pese a todo, esto no cambia nada en lo relativo a la necesidad de que la cuestión de la autoconcepción filosófica de Jaspers se puede plantear siempre de nuevo.


El hecho de que Jaspers no quiso labrar una carrera filosófica como era lo usual puede haber conformado significativamente su autocomprensión profesional, que se hizo aún más prominente de manera tardía en su vida. Su trayectoria profesional como médico y psiquiatra es ampliamente conocida.


Para bien o para mal (realmente: para bien y para mal), la caracterización imparcial del modo de pensar de Jaspers, que se conforma ante todo no debido a las exigencias de su propia escuela de pensamiento, sino debido a las características esenciales del tema en cuestión, no habría sido posible para Jaspers si su formación primaria hubiera sido únicamente filosófica. No hace falta decir que este dilema de la socialización inicial de los filósofos en el contexto de la educación académica sigue siendo hasta hoy una cuestión candente y delicada.


A fin de seguir discutiendo el tema tipológico en Jaspers, resulta imperativo para cualquiera que plantee esta cuestión revelar la idea tipológica propia referente a los sistemas o escuelas filosóficas.


Este requisito se aplica también al autor de estas mismas líneas. No obstante, al ejecutar esta tarea no creo que sería necesario en este momento citar en detalle mi propia tipología filosófica. Resulta suficiente para nuestros propósitos que ciertos aspectos de mi propia tipología entren en juego en lo que sigue.


La primera característica tipológica del pensamiento filosófico de Jaspers es aquella serie de transformaciones significativas, si no reevaluaciones, por las cuales él cambió el pensamiento existencialista. Ya la declaración existencial por sí misma como un enfoque directo puede verse tipológicamente como un caso excepcional (aunque por supuesto, no como un caso aislado).


Jaspers separa en dos partes este complejo existencial que no sólo constituía una unidad, sino que parecía haber constituido al pensamiento existencial como norma. De forma distintiva, Jaspers diferencia el instante de la asignación de significado ¡desde una dimensión existencial más estrecha! Y lo que es más: el algunos lugares, él contrasta adicionalmente estos dos instantes entre sí.


Yuxtaponiendo la asignación filosófica de significado a la existencialidad filosófica, Jaspers va más allá de la autoidentificación fundamental del pensamiento existencial, porque el pensar existencial se define precisamente por la característica de no aceptar ninguna asignación externa de significado; en este sentido el punto de partida existencial es también un determinante negativo que prefigura la provocativa negación de todo intento externo de asignar significado.


La segunda característica de la filosofía de Jaspers, que difícilmente podría integrarse en las tipologías filosóficas existentes, consiste en la relación entre ciencia y filosofía. Aquí el punto es no presuponer la primacía exclusiva de la filosofía a expensas de la ciencia.


Ambos lados de la relación entre ciencia y filosofía son de una cualidad única en el siglo veinte, con relevancia equivalente para ambas. No sólo es la primacía distintiva de la filosofía lo que es conspicuo, sino también la pretensión de normatividad simultánea y completamente transparente de esta primacía. Generalmente, una normatividad que se hace transparente de tal modo es un fenómeno raro y excepcional.


La tercera característica tipológica podría denominarse perspectivismo. En este momento ya debe estar claro que esta característica comparte sólo provisionalmente el nombre con el concepto fundamental de Nietzsche del perspectivismo filosóficoiii. A la vista de nuevas ideas y percepciones, esta cualidad perspectivista de Jaspers consiste en el hecho de que su pensar incesantemente dinámico abre inmediatamente nuevas direcciones para la reflexión y la búsqueda (por encima de todo, para aquellas direcciones que se originan en la esfera de la asignación de significado y de la Existenz). Durante el desenvolvimiento del proceso de pensamiento siempre hay nuevas perspectivas que se abren, las que Jaspers inmediatamente tematiza, reconstruyendo sobre ellas con una fructífera generosidad.


En un nivel general también es necesario señalar el hecho de que este tipo de filosofía se define en el contexto de una crisis, cuya extensión no se conoce aún suficientemente. La crisis de la civilización se manifiesta ante todo en el instante, posiblemente más abarcador, de proporcionar significado.


La yuxtaposición específica de las tres principales áreas problemáticas (asignación de significado/ existencialidad; de modo respectivo la asignación de significado/ normatividad; la relación filosofía/ciencia; el perspectivismo/ orientado a problemas) puede también conducir a la cuestión de si esta situación consiste o no en que la función de la asignación de significado gane independencia en el contexto de una disciplina filosófica novedosa que aún no ha sido identificada. No quisiera excluir completamente esta posibilidad bajo ninguna circunstancia. Por una parte, la notoriamente intensa tematización de la asignación de significado, y por otra parte, también la elemental soberanía y autonomía de la personalidad filosófica de Jaspers, hablarían a favor de este enfoque abierto, que más allá de toda duda tendría éxito al subvertir el marco existente de referencia del filosofar.


Colocando con facilidad generosa el punto de vista de la asignación de significado en el centro, ciertamente hay un momento en que se trasciende la pregunta o la realidad en cuestión. A través de esta proximidad directa con el universalismo, la filosofía de Jaspers exhibe indudablemente una semejanza con el pensamiento religioso, bien que esta trascendencia podría haber sido simultáneamente una trascendencia de carácter inmanente, lo cual, después de Kierkegaard y Nietzsche, ha sido ya un modo ampliamente establecido del pensar en el pensamiento existencial.


Un área filosófica abarcadora adicional es la Existenz, en cuya profundidad, o como prefiero formularlo, en cuyo taller en continuo funcionamiento, las fuerzas y motivos, es decir, las fuerzas motivadoras de la actividad intelectual, son siempre generadas de nuevo.


En Jaspers, la Existenz fáctica es tal vez el taller más fuerte y profundo de todo el pensar. Para mí es muy importante que el “taller” sea entendido, por supuesto, como el espacio adecuado para la producción.


En el pensamiento de Jaspers la asignación de significado nunca es una exigencia externa. Las diversas formas de asignar externamente un sentido que se impone a un ser humano se conocen demasiado bien; en comparación, la solución de Jaspers a la cuestión del significado enfatiza un rasgo autoevidente de la libertad y la autonomía en su filosofía.


El asunto en cuestión también puede servir como un ejemplo clásico de la forma protestante de pensar, que está dirigido internamente -en lugar de los patrones de significado que se imponen sobre los humanos externamente, surge la cuestión acerca del significado interior y de su necesidad.


Además de las tres áreas filosóficas abarcadoras, la asignación de significado también es de naturaleza primaria y determinante. Se podría expresar esta situación de una forma general de tal modo que para Jaspers la filosofía comienza donde la asignación de significado entra en juego.


Ninguna filosofía existe sin asignación de significado -esta sentencia podría también revertirse-, ningún enfoque que pudiera prescindir del sentido directo, explícito y asignado que se determina por el contenido se puede convertir en filosofía en su significado fundamental para Jaspers.


Cuando resulta apropiado Jaspers también se arriesga, a fin de elaborar de modo detallado como función fundamental de la filosofía la asignación de significado. No obstante, a través de esto se hace visible desde una nueva perspectiva que, para él, cada marco aceptado de pensamiento también conforma lde modo anticipado las diversas tipologías filosóficas.


Sin embargo, esta re-evaluación ascendente y, por lo tanto, expansión de los problemas relativos a la asignación de significado, también incluye que dicha asignación puede ser anterior al proceso de pensamiento en su totalidad. En este sentido, esto no plantea un problema verdaderamente notable para que Jaspers genere una gran filosofía, aún cuando no la deriva directamente del contexto de la grandeza humana tomada en un sentido estético-moral.


Jaspers articula la filosofía en la medida en que él transfiere al campo de la misma las instancias normativas que se encuentran escondidas en la grandeza humana, sin una legitimación previa de sus conceptos en el sentido de una típica epistemología ideal. De ahí que esto también constituye un ejemplo paradigmático de las formas precisas de su filosofar.


Esto quiere decir que, conscientemente y a propósito, Jaspers salva el gran abismo entre normatividad y positividad. Dando pasos cuidadosamente ejecutados, él lo realiza, por encima de todo, según transforma el elemento subjetivo que está presente en la normatividad en las relaciones objeto-sujeto y sujeto-objeto.


Este confiado movimiento entre normatividad y positividad -hay que enfatizarlo una y otra vez- no tiene paralelo en la filosofía moderna. La unicidad de este enfoque consiste en conectar en el nivel más fundamental lo que es incompatible. El enfoque básico de la filosofía en la era moderna es legitimar lo positivo; se le da un gran peso a la legitimación semántica de conceptos tales que describan filosóficamente el mundo de esta manera.


La legitimación de la semántica tiene que preceder cualquier tematización de la asignación de significado o de la normatividad, respectivamente.


Al parecer tal enfoque pone fin a la discusión, e incluso más, como filosofar reflexivo en la era moderna tiene que proceder de tal modo cuando reclama ser una verdadera filosofía.


¿De dónde proviene la atracción única del punto de partida alternativo de Jaspers? Formulado de forma general (y totalmente platónica): Jaspers encarna aquí un punto óptimo de partida que es diferente y que a la larga no se distingue mucho del modo de pensar de las más grandes filosofías y filósofos. La vinculación de normatividad y asignación de significado (en vez de legitimar de una manera positiva la semántica de su filosofía) le parece una perspectiva inmediata del curso del mundo, como una nueva forma de inmediatez filosófica que resulta similar al concepto de Schelling de intuición inmediata sólo con respecto a este rasgo específico. Este enfoque es también, en este sentido, un enfoque literario, comparable al rango del enfoque de individuos históricamente reconocidos en el mundo como por ejemplo, Goethe y Schiller, aunque carece del elemento de pasión personal y de voluntarismo, respectivamente, como uno está acostumbrado al menos desde Nietzsche.


Jaspers defiende un punto de partida (el cual en su profundidad real se acerca a la religión) que en su forma directa no puede (y no debe) ser formulado de manera inmediata, dada la necesidad de legitimar su propia semántica.


Aparentemente Jaspers no toma nota explícitamente de su propia posición. En este contexto él carece del aspecto voluntarista.


Esta introducción de la persona filosófica a través de la cual su justificación última se hace posible permite lo que es aparentemente imposible (es decir, la omisión de la legitimación de su propia semántica).


Jaspers elige la normatividad como punto de partida filosófico. Pero esto no hace en absoluto que desaparezcan los problemas que acompañan la ausencia de un enfoque epistemológico claro.


Los puntos de partida de Jaspers no son por lo tanto soluciones, sino más bien nuevos comienzos en lo que parece ser una forma filosófica sorprendentemente tradicional.


Para que este enfoque tuviera éxito, Jaspers necesitaba tener la habilidad (y también posiblemente carisma filosófico) de evocar en el lector la aceptación temporal de un punto de partida que permite enfocarse en los resultados filosóficos de Jaspers y posponer la exigencia de legitimar su semántica.


La filosofía de Jaspers pudo abordar esto exitosamente, en primer lugar, sólo porque, precisamente, en la transición de la temprana década de 1910 a 1920 las expectativas de formular una ontología directa alcanzó su cima, como también las diversas frustraciones motivadas psicológicamente por las condiciones histórico-mundiales relativas a las improductivas aproximaciones epistemológicas de procedencia neokantiana. En el contexto filosófico de Heidegger, Scheler o Hartmann (a fin de nombrar sólo unos pocos) este enfoque único parece encontrarse ya bien incorporado.


Desde este punto de vista, las interpretaciones de Jaspers sobre Hegel pueden comprenderse de manera óptima. A partir de Hegel él subraya precisamente estos aspectos que pueden evidenciar cómo Hegel logra una descripción objetiva de la realidad a través de sus relaciones bien fundadas objeto-sujeto y sujeto-objeto. Esta descripción por parte de Jaspers hace posible trascender la falta de una epistemología explícita, e incluso eliminarla.


Jaspers fundamenta consistentemente la especial colocación de la normatividad que llega también a la sistemática. Haciéndolo así, el verdadero erudito Jaspers se acerca sorprendentemente a alguien como Fichte o Nietzsche.


El enfoque sistemático atípico bien podría estar muy relacionado también con su idiosincrática y extremadamente interesante interpretación de Nietzsche. Porque aunque Nietzsche no descuida ciertamente la epistemología, Jaspers reconstruye también en sus propios términos su masiva interpretación de Nietzsche sin estaiv. Su Nietzsche es también un filósofo que coloca la totalidad de su filosofía bajo el aspecto de la normatividad filosófica, sin haber justificado epistemológicamente su semántica de modo previo.


Cierto es que la asignación de significado no llena el espacio de la existencialidad, pese a que la define en formas fundamentales. La Existenz es ocasionalmente también un producto de la asignación de significado, mientras que de modo inverso la asignación de significado se presenta siempre de nuevo en el taller de la existencia.


Esta diferencia peculiar entre la existencialidad y la asignación de significado es tipológicamente relevante, por encima de todo, porque en la tradición filosófica la existencialidad y la asignación de significado se consideran más o menos como un mismo fenómeno. En este contexto, la solución de Jaspers parece ciertamente productiva y creativa porque esta es precisamente un análisis claro de esta diferencia, que puede presentar ambos aspectos bajo una nueva luz (la Existenz, que ya no se comprende a sí misma en la asignación de significado, o la asignación de significado, cuya facilitación se suprime críticamente por la existencialidad).


El rasgo creativo puede ser visto también en el hecho de que la existencialidad filosófica, que es tipológicamente relevante, obtiene su determinación positiva en la medida en que despoja cada determinación concreta factual e históricamente motivada en la determinación operativa de sus atributos, hasta que al final sólo la existencia como tal permanece. La Existenz, en este sentido, es una disociación reductiva de la subjetividad a partir de toda determinación concreta; esta es de todos modos un producto de la desposesión de toda otra determinación del hombre. Por ejemplo, la persona que es confrontada con la oficina de impuestos puede difícilmente ser analizada en sentido filosófico.


La situación es del todo diferente respecto a la asignación filosófica de significado. Esta es lo opuesto a una existencialidad vacía, en tanto se encuentra ricamente determinada respecto a los contenidos.


El entrelazamiento de estos dos enfoques origina preguntas adicionales.


Esta proximidad de la existencialidad y la asignación de significado proporciona nuevas características a la Existenz interpretada filosóficamente sobre esta base. Por ejemplo, se hace inevitable que debido a esta proximidad (por la asignación de significado) la existencialidad filosófica no puede sostener por más tiempo su indeterminación metodológica y sistemática enteramente inalterada. La asignación de significado también influye la existencialidad de otra forma tácita, aún si por esta razón la determinación original no cambia necesariamente. Esto quiere decir que esta Existenz (de una proximidad cercana a la asignación de signiificado) se conforma de modo creciente en el contenido a través de nuestro destino, nuestro conocimiento, nuestras experiencias y nuestro pensamiento. Esto bien podría ser una característica que hace difícil encontrar un lugar tipológico adecuado para el pensamiento de Jaspers.


Es la unidad idiosincrática, organizada y jerárquica de estos tres principales ámbitos filosóficos (Existenz, asignación de significado, cientificidad) lo que define la filosofía de Jaspers en una creciente complejidad.



iUna versión de este ensayo fue presentada en la Octava Conferencia Internacional Jaspers, en Beijing, agosto de 2018.

iiPor ejemplo, Albrecht Kiel, Fünf Kausalitätsformen zwischen Zufall und Wirklichkeit. Wege von den Naturwissenschaften zur Anthropologie, Würzburg, Germany: Ergon, 2005.

iiiEl perspectivismo de Nietzsche es un hecho generalmente aceptado, aún cuando dada su estatura este hecho se analiza sorprendentemente poco y no de forma del todo exhaustiva. Con el propósito de señalar mi posición, véase Endre Kiss, “Perspectivism in Epistemology and in the Sociology of Knowledge: On the Perspectivist Turn in the Philosophy”, en Images of Europe: Past, Present, Future, ISSEI 2014 --Conference Proceeding, Porto, Portugal, ed. Yolanda Espiña, Porto, Portugal: Universidad Católica Editora 2016, pp. 1166-73. (https://www.researchgate.net/publication/318457941_Images_of_Europe_Past_Present_Future_ISEI_2014_-_Conference_Proceedings_Ed)

ivEndre Kiss, “Karl Jaspers’ Auslegung Nietzsches als eines Metaphysikers des Inmanenz”, en Karl Jaspers: Philosophy on the Way to “World Philosophy”, eds. Leonard H. Ehrlich y Richard Wisser, Würzburg, GER: Königshausen & Neumann 1998, pp. 155-66.

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