Publicado en: DIKAIOSYNE Nº 27
Revista anual de filosofía práctica
Universidad de Los Andes
Mérida – Venezuela
Enero-diciembre 2012. ISSN 1316-7939
Revista anual de filosofía práctica
Universidad de Los Andes
Mérida – Venezuela
Enero-diciembre 2012. ISSN 1316-7939
I
Resumen.
No hay ningún tema fundamental en la filosofía de Karl Jaspers que no se
encuentre vinculado al pensamiento de la comunicación: este pensamiento
descansa en la base de la concepción jaspersiana de la verdad, de la razón; de
la libertad; de la trascendencia; de la fe filosófica; de la autenticidad existencial;
del filosofar como "conversión" radical del pensamiento con vistas a
la posible existencia y de la propia
concepción de la aclaración existencial. El presente ensayo aborda la filosofía
de la comunicación de K. Jaspers en su centralidad y significación para el
filosofar en nuestro tiempo.
Palabras clave: Comunicación.
Trascendencia. Existencia. Comunidad ético-comunicativa.
Verdad existencial. Fe filosófica y fe dogmática.
Abstract.
There is no issue in the philosophy of Karl Jaspers with no linking
to the thinking about communication: this thinking lies at
the basis of his view of truth, reason, freedom, transcendence, philosophical faith, and existential authenticity.
Communication means philosophizing as radical "conversion" of thinking, with a view to possible existence and to the very concept of the existential enlightenment. This paper discusses the central meaning of Karl Jaspers' philosophy of communication for the philosophical consciousness in our time.
Keywords: Communication. Transcendence. Existence. Ethical-communicative community. Existential truth. Philosophical faith and dogmatic faith.
Las palabras de Hannah Arendt en una
dedicatoria dirigida a Karl Jaspers lo describen como el filósofo de la comunicación en su más
alta expresión: "En la vida de usted y en su filosofía se refleja, en todo
caso, un modelo de cómo los seres humanos pueden hablar unos con otros incluso
en las condiciones del diluvio."[1]
No hay ningún tema fundamental
en la filosofía de Karl Jaspers que no se encuentre vinculado al pensamiento de
la comunicación: este pensamiento descansa en la base de la concepción
jaspersiana de la verdad, de la razón; de la libertad; de la trascendencia; de
la fe filosófica; de la autenticidad existencial;
del filosofar como "conversión" radical del pensamiento con vistas a
la posible existencia y de la propia
concepción de la aclaración existencial.[2] Jaspers indica que la comunicación puede
adoptar múltiples formas, lo que incluye la crítica aguda no sólo del punto de
vista del otro, sino la capacidad de provocar de forma radical, a su vez, el autoexamen crítico. La discusión
filosófica, cuando es auténtica, reclama una esencia originariamente ética del
individuo más que dotes especiales, pues ella se constituye como la tarea de conquistarse mutuamente, en la medida en
que racionalmente es posible liberarse de las desviaciones. La falta de comunicación del filósofo es
criterio de la falsedad de su pensamiento, por lo que, mutatis mutandis, la verdad filosófica es la patentización de la
comunicación existencial: “Es la verdad con la cual vivo y que no solamente
pienso; la que realizo convencido y que no solamente conozco; de la cual yo me
vuelvo a convencer al realizarla, y no solamente por virtud de las
posibilidades del pensamiento.”[3]
Como lo ha expresado Fritz Kaufmann, el pensamiento de la comunicación señala
un punto donde los temas de carácter personal se convierten en el alma de la
teoría filosófica,[4]
comprometiéndola con el proceso de la
autoemancipación -a cuyo servicio, no es ocioso recordarlo, la filosofía
siempre ha estado dirigida.
La filosofía en cuanto
aclaración de la existencia es apelación a la posibilidad última del hombre, la
cual constituye en éste el límite incondicionado de toda posibilidad condicionada. Para Jaspers, la existencia es
la raíz de todo filosofar desde sus inicios hasta nuestros días, al mismo
tiempo que resulta inaccesible al conocimiento en el ámbito de la dialéctica de
la subjetividad y la objetividad. La pregunta por el ser tiene su origen en la
posibilidad que es el hombre como existencia, cuya realización, empero, pone de
manifiesto, en todos los casos, la insuperable falta de correspondencia entre
el ser de la existencia y el ser de la trascendencia. Al patentizar la
esencia (posibilidad) de su ser únicamente como ser-en-situación, en una
historicidad en la que concurren lo temporal y lo eterno y en las condiciones
empíricamente dadas de las situaciones-límites -expresión universal de su radical finitud, la existencia sólo se
realiza como fracaso de su posibilidad como infinitud. La polaridad de subjetividad y objetividad es,
desde la aclaración crítica, manifestación
de la posible existencia, y la decisión
reviste la misión de trascender la reflexividad para comprometerla en la
participación comunicativa. La comunicación existencial es la forma “inobjetiva” de la aclaración, en
la que ésta encuentra su desenvolvimiento como requerimiento ético-existencial,
pues para Jaspers el pensamiento aclaratorio responde a una exigencia de orden
ético, de la que no puede sustraerse el inevitable riesgo de la realización existencial.
Jaspers ha concebido la comunicación en el sentido de una mayéutica existencial,
en tanto el nacimiento de la existencia no es posible en el individuo aislado.
Pero además, la mayéutica comunicativa
es medida y criterio de la verdad
filosófica en tanto verdad de la existencia, en la que concurren formas de fe
irreductibles entre sí, las que encuentran en la razón omnicomprehensiva su
posibilidad ilimitada de patentización.
El pensamiento filosófico de
la comunicación representa, en la concepción jaspersiana, la propuesta hermenéutica de la
interpretación de la comunidad
ético-comunicativa desde la existencia en tanto fundada en la decisión; el compromiso;
la participación y la verdad como valores. La comunicación entre existencias no está
sujeta al ámbito de las objetividades empíricas temporales, sino que trasciende
lo histórico-temporal. La comunicación como posibilidad existencial trasciende
el marco de las objetividades (incluyendo el de la objetivación de la
subjetividad) en virtud de la relación comunicativa con el otro, que no es sólo
“apertura” del “horizonte de sentido” en el ámbito del lenguaje, de la
conciencia o de cualquier otra inmanencia intersubjetiva, sino apertura a la
trascendencia a través de la alteridad inobjetiva existencial.[5] También la comunicación es un criterio que permite superar el universalismo
formal a través del reconocimiento de la autonomía del sujeto,[6] manifestada en su original historicidad desde la universalidad racional
de las estructuras del lenguaje como mediación
comunicativa que patentiza la
posibilidad y la exigencia racional (trascendental)
de la comunicación ilimitada. La
patentización existencial de la
comunidad comunicativa no se realiza en
lo universal, sino por medio de lo
universal en la historicidad.
La comunicación contiene una
"lógica objetiva" por la que
la razón humana se desenvuelve hacia formas crecientemente inclusivas y
universales que amplían las posibilidades
de compartir el proceso de la auto-aclaración existencial.[7]
Jaspers se refiere al pensamiento de la comunicación como la "cuestión
fundamental" tanto de la vida práctica, como del pensamiento filosófico
sobre ésta, del modo que sigue a continuación:
"El hombre llega a
sí mismo solamente junto con otro
hombre, nunca a través del mero conocimiento por sí solo.
Llegamos a nuestra mismidad solamente en el grado en el cual el otro llega
a sí mismo; llegamos a ser libres solamente en la medida en que el otro
llega a ser libre. Por esta
razón, el problema de la comunicación entre hombre
y hombre fue para mí, primero que todo (desde que iba a la escuela) la cuestión práctica, y después, la cuestión fundamental filosóficamente pensada de nuestra vida. Finalmente, todos los pensamientos
podían ser juzgados por esta cuestión
básica, si ellos ayudan o
interfieren la comunicación. La verdad en
sí misma podía ser medida a través
de esta norma: la verdad es lo que nos
une realmente, y bajo esta exigencia: medir el tipo de
verdad por la verdad de la unión que se hace posible a través de ella."[8]
La razón filosofante
omnicomprehensiva es voluntad ilimitada
de comunicación, pues "con imperturbable confianza en las posibilidades
ilimitadas de la totalidad del Ser... exige que el riesgo de la comunicación
deba tomarse una y otra vez," por lo que toda negación de la comunicación
"es equivalente a la negación de la razón en sí misma."[9] No es posible filosofar sin
comunicación. El pensamiento filosófico es verdadero en la medida en que
reclama comunicación: “toda filosofía impulsa a la comunicación; se expresa,
quisiera ser oída, en el hecho de que su esencia es la coparticipación misma y
ésta es indisoluble del ser verdad.”[10] En su esencia, la filosofía no es sino “coloquio con
los hombres”[11] que
requiere, antes que un saber, la disposición al examen crítico. De ahí que
ningún filósofo puede ser representante de una autoridad, pero tampoco ser su
servidor: “Su independencia, fundada en una existencia referida a la
trascendencia, le permite permanecer dueño y señor de sus pensamientos, y aún
de sus buenas acciones y sus extravíos ...”[12].
Siendo exponente de la comunicación
existencial, el filósofo busca que cada quien llegue a "convencerse
por sí mismo, a pensar por su cuenta, para que la propia responsabilidad se
intensifique por la comprensión, y no se rebaje a imitación.”[13]
Al rechazar toda posible autenticidad de la verdad en las filosofías
"proféticas" (entre las cuales menciona como ejemplos al marxismo y a
la filosofía de la historia de Hegel), Jaspers
señala que el filósofo no pretende ser un modelo a imitar -del mismo modo que
evita "rebajarse" a ser una imitación en sí mismo-, así como no se
considera en "posesión" de la verdad, ni reclama tener discípulos.
Aún cuando representa al ser del hombre incluso en sus rasgos frecuentemente
defectuosos,[14] el
filósofo es al mismo tiempo la expresión más acabada de la existencia
independiente. Como representante del pensamiento de la libertad en la comunicación,
su misión radica en transmitir el impulso hacia la verdad, del cual él mismo se ha hecho heredero:
"El filósofo...se
sabe conexo con la sucesión secretamente manifiesta de hombres que emprenden una búsqueda bajo los auspicios de
la libertad. Los luminosos
eslabones de esta cadena son los pocos filósofos
grandes que, no buscando adeptos, y hasta desdeñándolos, y tan conscientes de su humana finitud como de la infinitud en que viven, pasan la antorcha al que la sabe
asir espontáneamente, acaso para seguir portándola sólo como centellita
moribunda, hasta que otro le suceda capaz de reavivar la llama."[15]
El lenguaje filosófico es
vehículo de comunicación existencial aún en el caso en que ésta se realice
entre individuos que posiblemente no se
conocen, apelando al encuentro en la historicidad: “al filosofar, me supero
a mí mismo como existencia meramente empírica y busco, como posible existencia,
otra existencia para ponerme en comunicación con ella.”[16]
De esta manera, para Jaspers la filosofía
como aclaración de la existencia no puede realizarse en modo alguno en el
individuo aislado, sino solamente en la comunicación.
Por otra parte, el lenguaje filosófico es comunicativo en la medida en que
responde a la exigencia de “encontrar una expresión tal que no ilusione
engañosamente por su falsa sencillez”[17], pues la sencillez
filosófica es “la certidumbre natural en la firme resolución de la
conciencia absoluta que es clara presencia en todo pensamiento y univocidad de
la acción interior que no se puede fundamentar racionalmente.”[18] Esta sencillez es el resultado logrado de una
vida entera: “Se necesita arriesgar la existencia empírica para conquistar esta
sencillez que no es simplificación.”[19]
La forma de comunicación que adopta la filosofía no tiene un carácter fijo y su
única condición es que la transmisibilidad “no pierda la comunicación como
origen y meta”[20]:
“Por el hecho de que el
filosofar, cuando llega al fondo de su realidad, tiene a su vez que abandonar también las formas definidas, habrá
de disponer para su posible realización
comunicativa de todas las formas, por
mucho que diverjan, pero sin quedar absorbido en ninguna”[21].
Así, la transmisión del
filosofar en las formas del lenguaje se reduce a una cuestión fundamental:
“¿Qué pensamientos son necesarios para que sea posible la comunicación más
profunda?”.[22] La forma de la existencia empírica de la
filosofía es la comunidad en el sim-filosofar[23]
(filosofar en común); de ahí que la soledad de los grandes filósofos no es,
según Jaspers, buscada o querida por sí misma, sino la expresión del esfuerzo
de su pensamiento orientado hacia la comunicación auténtica, la cual se quiere
despojada de toda anticipación ilusoria y de todo sucedáneo[24].
Para Jaspers la historia de la
filosofía no es un mero registro de datos, sino la realización en su más alta
expresión de la comunicación y de la continuidad de su posibilidad en la lucha
amorosa por la verdad, que en última instancia es verdad para la existencia. En
este sentido, la lectura de la historia de la filosofía actúa como vehículo comunicativo
de la interpretación y de la apropiación personal del lenguaje de la
trascendencia por medio del significado[25]
de los símbolos transmitidos en el lenguaje filosófico. Del mismo modo en que
no se puede establecer para la filosofía una única forma verdadera, tampoco la
identificación de una filosofía con la verdad única por parte de su creador o
de sus discípulos puede patentizarla como comunicación. La posesión de una
perspectiva única sobre la naturaleza última de las cosas en una unidad como
algo dado termina por suprimir todo cuestionamiento y puede generar la ilusión
de una armonía última. La certidumbre relativa a un significado último y a la
unidad última de todas las cosas resulta
cuestionable para Jaspers como doctrina que suprime la comunicación como
"lucha amorosa" por la verdad, si bien su inevitable fracaso como
visión "totalizadora" que se
enfrenta a otras puede ser representativo, de modo indirecto, de la verdad de
la trascendencia como "cifra."
Toda identificación del
filosofar con una forma definitiva que es considerada expresión de la verdad
conduce al dogmatismo de la forma, el cual no es sino la expresión intelectual
del dogmatismo como postura de principio. Para Jaspers, tanto el dogmatismo formal como el dogmatismo en cuanto postura de
principio se asocian a una actitud poco
dispuesta a una comunicación demasiado auténtica, porque “está en su raíz
falta de comunicación:”[26]
esta actitud es propia de aquel que “puede tener únicamente discípulos, no
amigos;”[27]
oponentes, y no existencias autónomas que estén con él en comunicación
combatiente: “Quien poseyera en esta forma la verdad, la poseería en calidad
de única, como si él fuese la divinidad, y esa verdad única excluye otra
verdad, con lo cual se convertiría él
mismo en el único que ha conocido la verdad.”[28] La lucha comunicativa es para Jaspers la
condición que separa el "modo dogmático" y el "modo
comunicativo" de saber la verdad.[29]
La verdad única puede entenderse, bien
bajo la forma de la validez universal,
inteligible en tanto forma de toda verdad al ser considerada obra de la razón
(como ocurre en las nociones y conceptos producidos por el entendimiento), o
entenderse en oposición a la razón, como contenido de una fe supra-racional o irracional.[30] Bajo estas absolutizaciones se rechaza todo
lo que no concuerda con el "propio credo de la verdad,"[31]
apareciendo entonces el fanatismo como ruptura de la comunicación. De ahí que
para Jaspers la "lectura" de las cifras de la trascendencia a través
de la fe filosófica y el modo comunicativo de la verdad son, al mismo tiempo,
condiciones de la aclaración de la existencia y de la superación del
fanatismo y el dogmatismo, los cuales pretenden encontrar respuestas
definitivas e incontrovertibles a la
pregunta por el hombre, conduciendo al mismo tiempo a la renuncia al filosofar
y a la negación del carácter "abarcador" e incondicionado de la
existencia como libertad. En este contexto de la verdad comunicativa como lucha
amorosa cabe también interpretar la propuesta de la "conversión" del
pensamiento a la que llama Jaspers en nuestra época , la cual como proyecto se
apoya en las posibilidades de la razón comunicativa como fe filosófica, equivalente al reconocimiento de la posibilidad de la existencia ante los retos
y circunstancias que la amenazan en la época presente. Desde el punto de vista
de Jaspers:
"No hay tal cosa
como conocer la Trascendencia para siempre, no hay un punto de reposo en el tiempo, el cual permanecería como tal,
sino solamente la eternidad a través
del momento. No es la validez universal del Ser lo que permitiría que éste sea
poseído por el conocimiento, sino que el orden en el tiempo es siempre: sigue adelante. Nos perdemos y nos ganamos a nosotros mismos otra vez. Yo filosofo en el camino, me siento ansioso ante
las falsas anticipaciones, pero
todo esto a fin de hacer posible
recuperar así más puramente la verdad, las realizaciones absolutamente históricas que son incomunicables más allá de la
comunidad de individuos. La filosofía, para su realización, tiene sus lados
abiertos. Porque en sí misma ella no está ya cumplida. Es una de mis preocupaciones
que la filosofía, donde quiera que ésta sea tal cumplimiento en el pensamiento general, pueda a la vez ser usada involuntariamente como un medio
para retirarse de la comunicación del yo
con el yo, perdiéndose uno mismo
en este cumplimiento."[32]
La tarea cotidiana de la vida filosófica consiste en “aproximar
la comunicación en todas sus posibilidades de realización”[33]
en tanto la filosofía es el medio de
comunicación entre existentes[34]. Como en el “reino
espiritual” de la filosofía no hay
garantías objetivas; ni comprobaciones definitivas, la comunicación en el
filosofar es la búsqueda de la verdad que apela a la posible existencia en su ilimitada disposición a comunicarse. [35] No
es posible conocer de antemano cuáles son los límites de la comunicación, la
cual es en todas sus formas la
patentización de la esencia del hombre; de ahí que la disposición a la comunicación
ilimitada no es expresión de un saber, sino de la resolución de llegar a ser
hombres, por lo que, para Jaspers, la
idea de la comunicación no es utopía, sino fe[36]
y su realización depende no de una doctrina, sino de la decisión y de la
creencia en su realidad presente . Contrariamente, la fijación dogmática de
los contenidos de fe no puede sino conducir al rechazo de toda fe ajena, a la
incomunicabilidad y a la “no-verdad.” Cuando Jaspers afirma que no es posible conversar con paladines de la
fe, no hace más que subrayar el fanatismo a que conducen los contenidos de
toda fe dogmática en su expresión extrema, sea
bajo una fe religiosa en su forma fundamentalista o bajo cualquiera de
las formas político-ideológicas en que ésta también encuentra su expresión
-tales como en el marxismo o en el nazismo.
De modo diferente a la fe religiosa, que busca sustentarse dogmáticamente de manera formal,[37] la fe filosófica apela al
lenguaje de la filosofía como ámbito de sentido
desde el que se orienta la búsqueda de una unidad humana incondicionada. Jaspers entiende la fe
filosófica en su expresión en la vida práctica inserta en los modos de lo
Abarcador (el mundo, la existencia y la trascendencia) como capacidad de rebasar los modos dogmáticos
en que la verdad queda fijada, al interpretarla como símbolo o cifra. La fe
filosófica no
puede encontrarse en las formulaciones verbales o
"confesionales;" no requiere
de una comunidad de "creyentes," sino la solidaridad comunicativa;
como expresión de la comprensión de la verdad última tampoco es un conocimiento
mediante operaciones lógicas con conceptos evidentes. En todo caso, la fe
filosófica se expresa indirectamente en la comunicación del
filosofar cotidiano inherente a toda
existencia que busca aclararse;
en toda obra filosófica[38]
como testimonio existencial; en la concreción de la vida y de la actividad
humana a las que otorga significación; en la decisión y el compromiso con la verdad que el
sí-mismo busca realizar, sin importar los riesgos o vicisitudes que haya de
enfrentar. Jaspers ha conducido la reflexión existencial al
ámbito de una filosofía de la comunicación en la que arraiga todo el edificio
especulativo de su pensamiento: “Cuando todo lo que pretende validez y valor se
me derrumba, quedan los hombres con los que estoy o puedo estar en comunicación
y con ellos, lo que para mí es el verdadero ser.”[39] La razón
comunicativa que se abre al otro representa entonces la única puerta de
salida accesible al hombre en el presente hacia una "conversión" de
la conciencia histórica asociada al predominio del nihilismo; esto es, la
puerta de salida hacia la realización de la fe filosófica según su posibilidad
en nuestra época. En cuanto tal, la comunicación como superación del
nihilismo se concibe por Jaspers como la
posible comunicación universal.
La reflexión y el examen
crítico acerca de los presupuestos en que se origina la posibilidad de la
comunicación universal conducen en el pensamiento de Jaspers a la propuesta del proyecto de una
"historia de la filosofía mundial" como "marco de
comunicabilidad" cuya lectura ha de estar en correspondencia con los
tiempos. Esta lectura contribuiría a aproximar, a través del conocimiento de la
historia común de la humanidad, la
realización de la posibilidad comunicativa entre culturas diferentes como
presupuesto para alcanzar el mayor grado posible de "ïluminación" de
la autoconciencia.[40]
Según Hans Saner, aunque Jaspers nunca definió abiertamente lo
que él entendía por "filosofía mundial", resulta claro que él no pensaba lo que ésta podría ser en tanto
nuestra época no ha realizado una filosofía mundial, sino que consideró que ella sólo se encuentra
en el camino hacia ésta. Además, indica Saner que el término "filosofía
mundial" se levanta contra la
filosofía "europea," cuya era para Jaspers está llegando a su fin. El
mencionado término "mundial" significa el horizonte del entendimiento
mutuo y la comunicación universal[41]
según la historicidad específica de cada filosofar particular, en tanto
contribuye a aclarar en conjunto la historicidad universal del ser humano.[42]
Esta idea, según la cual más allá de la historicidad del filosofar individual
hay una historicidad de la humanidad como un todo, encuentra su patentización
en la situación-límite de la época presente[43]
y apunta hacia la posibilidad de una filosofía política involucrada en el esbozo de las vías de la
acción práctica a favor de la unidad y de la paz mundial -lo cual no significa
para Jaspers, empero, la negación de los conflictos o de la posibilidad de la
guerra.[44] Así mismo, para Jaspers las formas culturales
y políticas producidas dentro de cualquier tradición particular, si se apropian
verdaderamente, pueden proporcionar un marco de receptividad y de apertura para
la comunicación posible. En este sentido, como lo indica C. Thornhill, a
diferencia de Heidegger, para Jaspers la pertenencia a una cultura no
constituye la antítesis de la liberalidad y la tolerancia política, sino una
precondición objetiva para éstas.[45]
Esta misma consideración se hace extensiva a la tolerancia respecto a las
tradiciones religiosas por parte de Jaspers.
Jaspers afirma que en las
condiciones del mundo moderno, "podemos conocer todas las cifras
aparecidas 'históricamente', mientras que en tiempos anteriores los pueblos se
hallaban limitados a un cierto conjunto de cifras, que los demás no
conocían."[46] Si
en épocas anteriores los contenidos de las cifras "eran en sí mismos la
última instancia" de la relación
del hombre con la trascendencia, "ahora precisan de una instancia por
encima de ellos que decida si la verdad habla por ellos en este instante y
dentro de estos límites. Y esa instancia es el filosofar y la praxis de vida de la existencia."[47]
La siguiente afirmación de Jaspers puede
encontrar su sentido si es referida principalmente a la cultura
occidental, en quienes son sus portadores en el momento presente: "Hoy no
pertenecemos a ningún mundo o conjunto de cifras que nos sometiera
íntimamente."[48] No obstante, el proyecto de la comunicación
universal involucra al conjunto de la humanidad:
“La evidencia de las grandes formas de
fe de la humanidad descansó hasta
ahora sobre supuestos metafísicos y ontológicos de la revelación que, o bien se toleraban recíprocamente,
pero sin entenderse en ningún caso, o
bien, al no entenderse, se combatían las unas a las otras con encarnizamiento.
Tales formas sólo podrían llegar a la total comprensión
de sí mismas y de las demás recíprocamente,
si se aplicara un marco de comunicabilidad en
el que no se prescindiera de origen
teológico alguno ni hubiera que renunciar a ninguno de ellos.”[49]
La tesis de la unidad de la historia de la
filosofía mundial no es ajena al hecho
de que la filosofía ha tenido orígenes independientes histórica y culturalmente
-en China; la India; el cercano Oriente u Occidente. Pero pese a ello, en toda
filosofía existen preguntas, respuestas y motivos que objetivamente se pertenecen mutuamente.
Como marco de comunicabilidad universal, la filosofía constituye un reino de
ilimitadas posibilidades para la participación y el encuentro a través del
pensamiento en una lucha amorosa que busca veracidad; a la vez representa una
suerte de núcleo en el que la diversidad del pensamiento de hombres de
diferentes épocas y culturas se encuentra arraigada, así como un "organon" universal de la razón que se abre a todas las
posibilidades del pensamiento.[50] Por otra parte, para Jaspers los filósofos no
siempre son aquellos individuos que son presentados en una "historia
cultural" como representantes reconocidos de la historia de la filosofía. [51]
Jaspers concibe el ámbito del pensamiento filosófico en un amplio sentido, por
lo que éste puede ser reconocido lo
mismo en representantes de la literatura, de la teología o de la ciencia.
La razón filosofante se opone
a la disgregación; su tarea es reconciliar tanto lo que se presenta en la
realidad como separado y lo que es
separado a través del pensamiento; así como lo que se presenta en
contraposiciones radicales como extraño
y ajeno: “la voluntad de comunicación debe ser también voluntad de comunicación
con este otro como extraño. Frente a
él yo quisiera preguntar, escuchar, exigir: yo me convenzo y paso a tu mundo, o
bien reconozco la falsedad de la forma en que tú te comprendes a ti mismo.”[52] En tanto el hombre encuentra en el mundo al
otro hombre como “la única realidad
con la que unirse entendiéndose y con confianza”,[53] para Jaspers la verdadera tolerancia
significa abstenerse de identificar la verdad que es absoluta para la existencia individual con la verdad una, que es absoluta en sí misma e independiente de la
historicidad existencial. Esto requiere reconocer que la verdad para el hombre tiene siempre un carácter
existencial y que por consiguiente,
no se puede exigir a ninguna verdad que sea el vínculo que une a todos; en su
solidaridad comunicativa con los otros sí mismos, la existencia sostiene la
tolerancia positiva a través de su ilimitada voluntad de comunicación:
"Nosotros consideramos nuestra misión, la misión de la filosofía,"
dice Jaspers, "el llegar por el camino de la unión a la 'comunicación'."[54] Esto presupone la superación de toda
concepción de la verdad como cumplida en el tiempo, cualquiera que sea su
expresión en la filosofía; en la política; en la cultura o la religión, en
tanto ésta representa la única concepción contendiente frente a la norma de la
razón comunicativa.[55]
Dicha superación sólo puede llevarse a cabo como tarea permanente del
filosofar, mediante una nueva orientación o "conversión" en la cual
no se trata simplemente de "trascender" desde la realidad temporal al reino de la verdad y del valor
eternos, sino que más bien consiste en
reconocer toda expresión de la verdad en su valor como indicador de la única
verdad trascendente; es decir, reconocer en la verdad concreta y determinada la manifestación de lo indeterminado, lo cual
se hace posible en virtud de lo que
Jaspers denomina la "operación
fundamental," que no es sino el "método del trascender" (o método
trascendental).[56] Pues
prevenir la dogmatización es el propósito del pensamiento trascendiente en el
filosofar. A su vez, la conversión del
modo de pensamiento desde el pensar intelectual según el entendimiento
hacia la razón onmicomprehensiva o
abarcadora no sólo en el dominio de la teoría, sino en el de la acción práctica, tiene como fundamento la apertura a la
comunicación universal como posibilidad.
La situación-límite que
constituye el signo de nuestra época, cuyo rasgo sobresaliente es el nihilismo,
posee, como toda situación-límite, una duplicidad inherente, en tanto representa la posibilidad "existencialmente destructiva" de
ignorar simplemente su presencia y, al mismo tiempo, de optar por la resignación, o la
posibilidad de una "conversión" hacia una modalidad más elevada del
pensamiento trascendiente. Pero la conversión
de la conciencia no es un proceso espontáneo y está siempre sujeta al peligro
de desviarse hacia el pensamiento de las abstracciones, donde la razón se
empobrece al renunciar a la omnicomprehensión, perdiendo su potencialidad como
vehículo de la libertad y la comunicación. La posibilidad misma de la "conversión"
se encuentra para Jaspers ligada decisivamente a la comunicación. Jaspers no
entiende la "conversión" como un resultado repentino y definitivo de
manera inequívoca, sino como el proceso
voluntariamente ejercitado e ilimitado del pensamiento trascendiente, que de
modo disciplinado y a través de la comunicación hace posible la transformación
de la conciencia.
La filosofía de la comunicación jaspersiana está fundada en un
optimismo racional -el cual, expresa
Jaspers, "no es, sin embargo, ni optimismo ni pesimismo."[57] Éste, para Jaspers, mira hacia los abismos de la realidad y puede
experimentar y soportar el fracaso:
"Obtiene su gran coraje -sin ser ciego- de una confianza gratuita, sobre
la base de una vida en la que entra completamente en su
historicidad."[58]
El problema de la comunicación no es un "problema teórico" que puede
formularse inequívocamente y encontrar solución desde una perspectiva meramente
lógica, sino que descansa en la fuerza de la fe filosófica, la cual se atreve a
realizarse y a aclararse a partir de sí
misma.[59]
En este sentido, la filosofía de la comunicación se fundamenta sobre la base de
la autonomía y del origen independiente de la filosofía; de su potencialidad
metafísica como lectura del escrito cifrado del ser, que renuncia a la pretensión
de establecer o mostrar su realidad absoluta en el mundo y que es capaz de
mantenerse sin algún suelo firme;
"flotando,"[60]
como si dijéramos, en la multiplicidad de las cifras del ser uno. Es desde esta
condición que la filosofía de la comunicación deja el espacio abierto a la
posibilidad de la existencia; y, con ésta, a una relación del hombre
con la trascendencia cuya única
condición es la comunicación como posibilidad ilimitada que libera de "las grandes seducciones," en las
que elemento común es la negación de la comunicación, derivando hacia la
negación de la trascendencia. Pues en tales seducciones, es posible “por la fe en Dios sustraerse a los hombres;
por el pretendido conocimiento de la verdad absoluta justificar nuestra
soledad; por la creída posesión del ser mismo proporcionarse una alegría que en
realidad es desamor.”[61]
Notas y referencias
[1] Hannah Arendt, "Dedicatoria a Karl Jaspers,"en: Ensayos de comprensión. 1930-1954. Trad. de Agustín Serrano de Haro. Caparrús
Editores, Madrid. 2005. p. 265.
[2] Kurt Salamun ha expresado que:"Como
muchos intérpretes de Jaspers lo han notado, la comunicación es la intención básica de todo su filosofar." Kurt Salamun, "Karl
Jaspers on Human Self-Realization. Existenz in Boundary Situations and
Communication". En: Karl Jaspers's
Philosophy. Expositions and Interpretations, editado por Kurt Salamun y
Gregory Walters, Prometheus Books, Amherst, New York, 2008. p. 253. [Mi traducción].
[3]Karl Jaspers, Filosofía ,Vol. 1. (1932). Edición en dos volúmenes. Revista de
Occidente, Madrid. 1959. p. 517. Esta verdad representa para Jaspers la consumada
patentización de la praxis del filosofar en la aclaración de la existencia.
[4] Cf. Fritz Kaufmann,
"Karl Jaspers and a Philosophy of Communication," en: Paul A. Schilpp, The Philosophy of Karl Jaspers, Open Court Publishing Company, La
Salle, Illinois. 1981, p. 211-212.
Sobre Jaspers como filósofo de la comunicación ha dicho Kaufmann: "Él actúa con el afán del pensador
'existencial', atento a las posibilidades, dolorosamente consciente de los
peligros y limitaciones del hombre, de cada
hombre; con el conocimiento templado y circunspecto de un médico del alma; con
el refinamiento misterioso que penetra en los secretos más escondidos y en
todos los diferentes estratos, estructuras y poderes del hombre interior -con
una perspicacia que ha crecido en la escuela de Kierkegaard y Nietzsche." Op.
cit., p. 215. [Mi traducción]
[5] Cf .Pedro Cerezo. “De la existencia ética a
la existencia originaria”. En: Colectivo de autores, Heidegger: la voz de tiempos sombríos. Ediciones del Serbal.
Barcelona, 1991. p. 68-71. Apelamos al comentario del autor acerca de Lévinas
únicamente como marco referencial.
[6] Cf. Juan A. Estrada, Dios en las tradiciones filosóficas, (2). De la muerte de Dios a la
crisis del sujeto. Editorial Trotta, Madrid.
1996. p. 275-277.
[7] Cf. Chris Thornhill, Karl Jaspers. Politics and Metaphysics. Routledge, London, 2002. p.
172.
[8]Karl Jaspers, Philosophical Autobiography. En: Paul A. Schilpp, “The Philosophy of Karl
Jaspers”, augmented edition. Open Court Publishing Company, La Salle, Illinois.
1981, p. 85. [Mi traducción]
[9] Citado por Gregory J. Walters
en: Karl Jaspers and the Role of
"Conversion" in the Nuclear Age, University Press of America.
1988, p. 123. La cita fue tomada de: Karl Jaspers, Reason and Anti-Reason in Our Time, Reprint ed. Hambed, Conn: Archon
Books, 1971 (London: SCM Press, 1952). p. 9. [Mi traducción]
[12] Karl Jaspers, Los grandes filósofos, (1), Los hombres decisivos.
Sócrates-Buda-Confucio-Jesús. (1960).
Editorial
Sur, Buenos Aires. 1966, p. 31.
[13]Karl Jaspers, Los grandes filósofos, (1),
p. 33.
[14] Cf. Karl Jaspers, Philosophical Autobiography, p. 81.
[15] Karl Jaspers, Razón y Existencia, Editorial Nova, Buenos Aires. Trad. Haraldo Kahnemann. 1959, p. 141.
[22] Karl Jaspers, Filosofía,Vol.1.p.521.El diálogo
es solamente una de las formas de comunicación fijada en el lenguaje, ha
señalado Jaspers. Se refiere a los diálogos platónicos considerando que éstos
no son por sí mismos, en cuanto forma de transmisión del pensamiento de Platón,
una patentización de la comunicación en el filosofar, sino sólo la estructura
dialéctica del conocimiento intelectual, a través de la cual se expresa este
pensamiento (Cf. en: Op. Cit. p. 520).
[24] Cf. Karl Jaspers, Filosofía ,Vol. 1. p. 517.
[25] Cf. Alan M. Olson, Transcendence and Hermeneutics, An Interpretation
of the Philosophy of Karl Jaspers. Martinus Nijhoff Publishers, The Hague. 1979, p. 51; 56.
[26]Karl Jaspers, Filosofía ,Vol. 1. p. 514.
[29] Cf. Karl Jaspers, Razón y Existencia, p. 92.
[30] Cf. Karl Jaspers, Razón y Existencia, p. 97.
[31] Karl Jaspers, Razón y Existencia, p. 98.
[32] Karl Jaspers, Reply to my Critics. En: Paul A.
Schilpp, “The Philosophy of Karl Jaspers”, augmented edition.Open Court
Publishing Company, La Salle, Illinois. 1981, p. 829. [Mi traducción].
[37] En La
fe filosófica ante la revelación, Jaspers distingue entre la fe eclesial,
dogmática y formal, y la "fe bíblica" cuya expresión paradigmática,
según considera, es Job, el creyente que desde su fe interpela a Dios. Así
mismo, la verdad dogmática para Jaspers enmascara siempre una ideología
política. Cf. En: Op. cit. Editorial Gredos,
Madrid. 1968.
[38] Cf.
Karl Jaspers, Razón y Existencia,
p. 142.
[39]Karl Jaspers, Filosofía ,Vol. 1. p. 521.
[40] Cf. Karl Jaspers, Philisophical Autobiography, p. 82-83.
[41] Cf. Hans Saner, "Karl
Jaspers on World History of Philosophy and World Philosophy", en: Karl Jaspers's Philosophy. Expositions and
Interpretations. Editado por Kurt Salamun y Gregory J. Walters, p. 103. Saner dice literalmente más bien que: "La filosofía mundial es la futura
filosofía de la comunicación universal" (p. 103). Subraya además que el
término de Jaspers "filosofía mundial" resulta del todo ajeno a
cualquier pretensión de poder o de un tipo de pensamiento que aspirase a ser
reconocido mundialmente en su validez, Por el contrario, "una filosofía
que reclamara dominio exclusivo era precisamente el enemigo que debía ser
combatido."(p. 104) [Mi traducción].
[42] Cf. Hans Saner, "Karl
Jaspers on World History of Philosophy and World Philosophy", en: Karl Jaspers's Philosophy. Expositions and
Interpretations. Editado por Kurt Salamun y Gregory J. Walters, p. 105.
[43] En tanto Jaspers usa su concepto de
situación-límite tanto en relación a la historicidad individual, como a la
historicidad de los asuntos políticos que involucran a comunidades enteras, en
este segundo uso el concepto tiene consecuencias de largo alcance para la
comprensión de determinadas épocas históricas. Su teoría del tiempo eje o tiempo
axial está vinculada al concepto de situación-límite, según lo expone Jaspers
en Origen y Meta de la Historia. Kurt
Salamun indica que la primera vez que Jaspers hizo una aplicación política del
concepto de situación límite, fue en ocasión de su análisis sobre la culpa en
relación a Alemania y el surgimiento del nazismo, así como que si bien la
situación-límite (de la culpa) capacita
al hombre para convertirse en existencia auténtica, esto sólo es posible a través
de la "conversión" como cambio radical en la propia actitud, en la
concepción del mundo y en el estilo de
vida en relación a la responsabilidad. Cf. Kurt Salamun, "Karl Jaspers on Human
Self-Realization. Existenz in Boundary Situations and Communication". En: Karl Jaspers's Philosophy. Expositions and
Interpretations. Editado por Kurt Salamun y Gregory J. Walters, Prometheus
Books, Amherst, New York, 2008. p. 251-252.
[44] Cf. Gregory J. Walters, Karl Jaspers and the Role of
"Conversion" in the Nuclear Age. Véase: "Jaspers's Stance on
the Question of the Bomb's Use." p.
101-104. Walters indica: "Jaspers advierte que la cuestión
del uso de la bomba no debe ser aislada de la realidad política y militar
existente. Ciertamente, la disuasión nuclear proporciona alguna posibilidad de
que ésta no será nunca usada...Pero no hay garantía de que la bomba no será
usada en el futuro por alguien con la voluntad y el poder para hacerlo, tal vez
alguien impulsado por un extraordinario
'impulso suicida'. Entonces, en
la medida en que el uso de la bomba por los rusos...es posible, él ve la
renuncia absoluta a su uso como violación del principio de
'auto-preservación'..." Op. cit. p. 101-102. [Mi traducción].
[45] Cf. Chris Thornhill, Karl Jaspers. Politics and Metaphysics.
Routledge, London, 2002. p. 174.
[46]Karl Jaspers, La fe filosófica ante la revelación, p.
152. Cf. además, Hans Saner, "Karl Jaspers on World History of Philosophy
and World Philosophy", en: Karl
Jaspers's Philosophy. Expositions and Interpretations. Editado por Kurt
Salamun y Gregory J. Walters, Prometheus Books, Amherst, New York, 2008. p.
106. Saner indica que como
exponente de una "nueva conciencia" del mundo en la Era técnica, con
su desarrollo completamente nuevo en las esferas tanto material como
espiritual, Jaspers está convencido de que "la unidad de la tierra ha
llegado." Citado
por Hans Saner: Karl Jaspers, The Origin
and Goal of History, New Haven, CT: Yale University Press, 1953. p. 127.[Mi
traducción].
[47] Karl Jaspers, La fe filosófica ante la revelación, p. 152.
[48] Karl Jaspers, La fe filosófica ante la revelación, p. 152.
[50] Cf. Hans Saner, "Karl
Jaspers on World History of Philosophy and World Philosophy", en: Karl Jaspers's Philosophy. Expositions and
Interpretations. Editado por Kurt Salamun y Gregory J. Walters, Prometheus
Books, Amherst, New York, 2008. p. 105.
[51] Cf. Hans Saner, "Karl
Jaspers on World History of Philosophy and World Philosophy", en: Karl Jaspers's Philosophy. Expositions and Interpretations.
Editado por Kurt Salamun y Gregory J. Walters, Prometheus Books, Amherst, New
York, 2008. p. 90-91; 102. Saner
aclara que aunque Jaspers nunca definió
abiertamente lo que él entendía por "filosofía mundial", resulta claro que él no pensaba lo que esta podría ser en tanto
nuestra época "no hace filosofía mundial" sino que sólo se enciuentra
en el camino hacia ésta. Además, indica Saner que el término "filosofía
mundial" se levanta contra la
filosofía "europea", cuya era para Jaspers está llegando a su fin:
"La filosofía mundial -afirma Saner-
es el filosofar que sigue a las filosofías nacionales y a la filosofía
europea, es cecir, la filosofía global. Aquí "mundial" significa el
horizonte del mutuo entendimiento. La filosofía mundial es la filosofía futura
de la comunicación universal." Op. cit. p. 103.
[55] Cf. L. Ehrlich, Karl Jaspers: Philosophy as Faith, The University of Massachusetts Press,
Amherst. 1975.
p. 123-124.
[56] Cf. Gladys L. Portuondo, "Kant y el método del trtascender en la filosofía de Karl Jaspers." En:
Dikaiosyne No. 13. Revista de filosofía práctica. Universidad de los Andes,
Mérida, Venezuela. Diciembre 2004,
p. 65-85.
[57] Karl Jaspers, Reply to my Critics, p. 832. [Mi
traducción]
[58] Karl Jaspers, Reply to my Critics, p. 832. [Mi
traducción]
[59] Cf. Karl Jaspers, Reply to my Critics, p. 831.
[60] Cf. Alan M. Olson, Transcendence and Hermeneutics, p. 88.
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