Tuesday, May 29, 2018

Ruth Burch, Helmut Wautischer, TRADUCIENDO A JASPERS RESPECTO A LA GRANDEZA




Autores:          
 Ruth Burch                                             Helmut Wautischer
Lugano Paradiso, Suiza                       Sonoma State University
burchru@hotmail.com                helmut.wautischer@sonoma.edu



Agradecemos a los autores, Ruth Burch y Helmut Wautischer, presidente de KJSNA y editor en jefe de la revista Existenz, su apoyo para publicar en este sitio la presente versión en español, realizada por Gladys L. Portuondo del original en inglés, según ha sido publicado en: Ruth Burch, Helmut Wautischer, Translating Jaspers on Greatness, en: Existenz, An International Journal in Philosophy, Religion, Politics and the Arts, Vol. 12, No 1, Spring 2017.
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Resumen: Las traducciones al inglés de la obra de Karl Jaspers no han sido hasta el momento uniformes en su elección de la terminología técnica. Esta interpretación especializada de la Introducción de Jaspers a su obra seminal The Great Philosophers (Los Grandes Filósofos,  nota de la traductora) se mantiene fiel al texto original en alemán tanto como es posible, protegiendo sus expresiones idiomáticas culturales, la estructura compleja de la oración y los matices particulares, con la condición de que la claridad de la comunicación se conserve. Los contenidos sustanciales y la significación de este texto, cuyo principal tema es la grandeza, se bosquejan aquí. La comunicación con los grandes filósofos puede aportar una visión de su pensamiento, haciendo posible el trascender hacia una posible Existenz auténtica.

Palabras Clave: Jaspers, Karl; historia de la filosofía; traducción; grandeza; philosophia perennis; ámbito de la filosofía; razón; verdad; existencia; Trascendencia; lo Abarcador; libertad; comunicación; lenguaje.




En su Introducción a Los Grandes Filósofos, Karl Theodor Jaspers aborda el tema de la grandeza. Él se opone tanto a la idolatría del hombre, como a discutir la grandeza o a desmentir su existencia. Jaspers claramente está a favor de la democracia, y no obstante, escribe contra la nivelación de la grandeza de la mente sobre la base de una democracia erróneamente entendida. Él también comenta la cuestionabilidad de la grandeza. La obra y la personalidad de los grandes son inseparables. Como Friedrich Nietszche y Soren Kierkegaard, Jaspers considera la pasión y el compromiso individual como dimensiones necesarias del filosofar. La Psicología y otras ciencias se encuentran demasiado limitadas para el análisis de la grandeza. No obstante, el credo de Jaspers dice: "La Filosofía que es hostil a la ciencia y a la razón es una filosofía errónea"[1]. Explica Jaspers: "Hoy, ningún filósofo puede lograr una manifestación clara y verdadera de su pensamiento sólo a partir de los orígenes del filosofar y sin la disposición a la cientificidad. El desprecio de las ciencias se convierte en un acto que va contra la verdad. Sin la ciencia, nadie puede tener un impacto que favorezca a la prístina razón, de lo cual depende nuestro bienestar, aceptando que esta razón puede dar cada paso sólo con ayuda del intelecto, aunque es incomprensible para el propio intelecto"(AEG 7). La mente creativa se forma en un proceso de elección entre lo bueno y lo malo. Aún así, lo bueno y lo malo no son del todo separables. La decisión consciente entre lo bueno y lo malo tiene que realizarse por cada ser humano. Como para Jaspers la autenticidad es de la mayor importancia, la virtud de la veracidad o la honestidad es para él de interés central.

En su Philosophical Autobiography (Autobiografía Filosófica, nota de la traductora) , Jaspers cita de su propio libro, Man in the Modern Age (El ambiente espiritual de nuestro tiempo, Editorial Labor, Barcelona, España, 1933,  en edición en español. Nota de la traductora),

La filosofía de la Existenz es la forma de pensamiento por medio de la cual el hombre busca llegar a ser sí mismo; esta usa el conocimiento experto mientras al mismo tiempo va más allá de este. Esta forma de pensamiento no reconoce objetos, sino que elucida y realiza el ser del pensador. Llevada a un estado de suspensión por haber trascendido las cogniciones del mundo  que fijan el ser(como adopción de una actitud filosófica hacia el mundo), apela a su propia libertad (como iluminación de la Existenz) y gana espacio para su propia actividad incondicionada conjurando la Trascendencia (como metafísica)[2].

Él entiende el yo como un proceso. Este es transformado por las elecciones y decisiones que se hacen en la libertad ilimitada.

Jaspers delinea con gran cuidado lo que constituye la grandeza humana en general, cómo esta puede ser reconocida en un individuo y qué obstáculos podrían enfrentarse al negar la naturaleza exclusiva de la grandeza o al reclamarla inmerecidamente para uno mismo. Con su mente psicológicamente entrenada, él guía a los lectores hacia un estado de reflexión que balancea el pre-requisito de la integridad de una persona, el cual permite reconocer la grandeza con admiración y respeto, sintiéndose  al mismo tiempo inspirado y motivado para buscar la propia sabiduría interior. Jaspers detalla: La grandeza no busca idolatría, no es cuantificable y

cuando se toma en sentido absoluto...se disuelve en talentos, en atributos y en todo lo que puede determinarse objetiva y cuantitativamente.[3]

Él es muy consciente del hecho de que es demasiado ambicioso para cualquiera identificar o agrupar a los grandes filósofos  de una manera del todo satisfactoria. Cualquier selección de los filósofos ha de ser arbitraria o de acuerdo a un plan. "Ninguna concepción histórica puede considerarse como final en la forma en que esta decide y juzga"(IPG 20).

Jaspers está interesado en la comunicación intercultural  a fin de alcanzar un entendimiento mutuo a escala global. Tener un horizonte abierto es indispensable para realizarla. En diferentes partes del mundo y de modo independiente entre sí se desarrollaron algunas veces ideas similares; por ejemplo, durante el periodo que Jaspers llama la Era Axial (880-200 a.C), cuando eran contemporáneos Sócrates, Buda, Confucio y Jesús. Dado que hay una historia universal, los seres humanos pueden trabajar para lograr una unidad con base en una filosofía mundial que avizora un mundo en paz. En su discurso de aceptación en ocasión de ser premiado con el Premio de la Paz del Comercio del Libro Alemán en 1958, Jaspers explica que la paz mundial es impensable sin la realidad de la paz interior individual, la libertad y la verdad[4]. Para él, la verdad constituye la precondición de la libertad, que a su vez es la precondición de la paz individual interior. Él fomenta la filosofía como disciplina que está en desacuerdo con la ciencia y la tecnología. Pero simultáneamente esta toma prestado de las ideas y hallazgos de la ciencia. Aunque es inflexible al sostener que el rol esencial de estos cuatro individuos paradigmáticos tiene que mantenerse, Jaspers admite que algunas de sus elecciones al incluir a un filósofo en sus subsecuentes agrupamientos en Los Grandes Filósofos se apoyan en su conocimiento de estos pensadores y en su comprensión de su profundidad filosófica. Algunos fueron dejados fuera simplemente debido a su falta de familiaridad con su pensamiento, o por razones de presentación. En la última sección, titulada "Las funciones de la exposición", Jaspers afirma que la comprensión trasciende el significado que se desea en una exposición. Los grandes filósofos pertenecen a un ámbito trans-histórico.
Jaspers desea ser recibido ampliamente y la promoción de una educación moral democrática resulta cercana a su corazón. Este es también un motivo importante por el que él se entusiama por tener la traducción al inglés de Los Grandes Filósofos. Los detalles precisos de sus negociaciones con su redactora Hannah Arendt, con el traductor Ralph Manheim y con el editor Kurt Wolff pueden encontrarse en la correspondencia de Hannah Arendt y Karl Jaspers[5], y también en Karl Jaspers Gesamtausgabe (KJG)[6].

Ya que hay grandes filósofos individuales únicos y sólo parcialmente comparables, la historia de la filosofía no es una historia de progresión y de telos (contra Hegel); ellos pueden fluctuar en número, incluso, hasta el punto de una completa ausencia. La idea de Jaspers del reino eterno de los grandes filósofos está relacionada con la defensa del ideal rector de la philosophia perennis. Jaspers declara,

lo que importa es entender que los filósofos pensaron y vivieron no menos contra su tiempo tanto como con su tiempo, y por encima de todo dentro de su tiempo y llegando más allá de todos los tiempos. Todos aquellos métodos de la comprensión histórico-filosófica tienen  un sentido bueno, definido, pero secundario...los grandes pensadores, siendo humanos en el mundo, nos ayudan a llegar a nosotros mismos a través de la contemplación de las cuestiones perennes.[AEG 8]

Jaspers es un humanista. Hannah Arendt lo consideraba como uno de los grandes intérpretes de Inmanuel Kant en la tradición alemana. Jaspers consideró su filosofía existencial como "filosofía de la razón", cuya intención es buscar la verdad[7]. Él se encuentra grandemente influido por los pensadores post-kantianos Kierkegaard y Nietzsche. Otra influencia significativa en la vida de Jaspers fue su esposa Gertrud Mayer, con quien él mantenía un intercambio continuo respecto a sus ideas filosóficas y que fue la primera persona que leyó y criticó sus escritos[8]. Jaspers se la describió a Heidegger como indispensable para él, por ser capaz de guiar absolutamente sus actividades filosóficas.

Dos décadas y media antes de la publicación de Los Grandes Filósofos en 1957, la etapa de madurez de la filosofía de Jaspers había comenzado ya; en 1932 él publicó su obra clave en tres volúmenes, titulada simplemente Philosophy [9] (Filosofía,   nota de la traductora). El subtítulo del primer volumen es Orientación en el Mundo, el del segundo Aclaración de la Existencia y el del tercero, Metafísica. Jaspers buscó componer una "Historia Mundial de la Filosofía" y  dedicó un cuarto de siglo a esto hasta su muerte. Indudablemente, este proyecto fue de una importancia central para él. En este enorme proyecto de investigación él había planeado elaborar seis aproximaciones diferentes a la historia de la filosofía. Jaspers quería que buscáramos "la compañía de los filósofos", y por encima de todo, la compañía de los grandes filósofos. En relación con esta aproximación su publicación principal es Los Grandes Filósofos.

 El objetivo de su filosofía es el cambio moral y político, y por encima de todo, la construcción de un baluarte contra el totalitarismo. La responsabilidad del filósofo es buscar su yo auténtico. Jaspers se apoya en Inmanuel Kant para explicar su idea  de que hay dos ámbitos en la realidad, el ámbito del Dasein y el ámbito de la Existenz. La libertad para buscar la Existenz necesita ser elegida activamente, de otro modo el individuo se mantiene en el ámbito del Dasein. Por lo tanto, Jaspers define la filosofía como aclaración de la Existenz (Existenzerhellung). La libertad puede ser experimentada a través de la existencia y de la acción. Como Kierkegaard y Nietzsche, Jaspers busca entender la realidad existencial desde dentro y objeta todo intento de llevar el pensamiento a un sistema total unificado. La Existenz está sujeta a las contingencias de un devenir constante y situado. Para Jaspers, todos los seres humanos son capaces de filosofar y de entrar en comunicación con los grandes filósofos. Así, la tarea más importante de Los Grandes Filósofos es facilitar el acceso a la obra de los grandes filósofos. Sin embargo, él sale de su camino para subrayar que ningún libro de texto y ninguna cantidad de literatura serán nunca capaces de sustituir el estudio directo de los escritos originales de los propios filósofos.

La Introducción a Los Grandes Filósofos consiste en una discusión de la grandeza humana: su justificación como concepto filosófico, su definición, sus características y cómo se puede identificar en contraste con los conceptos de la no-grandeza. Al establecer, ordenar y clasificar a los filósofos, Jaspers se propone realizar una obra que se mantenga siempre incompleta y provisional. La idea de fondo es comparable al falibilismo de Karl Popper: la verdad sólo puede ser aproximada, pero nunca alcanzada, pues todos los seres humanos y sus mentes tienen imperfecciones de alguna clase. La falibilidad es parte de toda empresa humana.

Jaspers vicula el intelecto con la ciencia y la razón con la filosofía. Él entiende a la razón en términos de "movimiento y habilitación". La razón dinámica elucida la existencia individual en la comunicación filosófica. En Jaspers la razón y la verdad son cercanas, si no idénticas. Él explica con detalle que "el pensar filosófico de la razón es de hecho expresión de la verdad incondicional; sin embargo, no se encuentra simplemente en la manifestación de lo que ya está pensado. A diferencia de las ciencias, no es universalmente válido y nunca será aceptado igualmente por todos. Mientras el intelecto busca lo universalmente verdadero como lo uno, y lo encuentra también dentro de ciertos límites, la razón es una pero sólo como movimiento y habilitación y no como contenido de una verdad única...Los resultados del conocimiento en la discusión científica son sustituidos en la comunicación filosófica por la elucidación de la existencia propia"(AEG 7). Jaspers se propone llevar la filosofía a "una presencia viva" y facilitar de esta forma el encuentro personal con los grandes filósofos[10]. De este modo, ellos "se convierten en modelos, sus pensamientos preforman nuestras posibilidades. Es un impulso para nuestro propio ascenso identificar a los grandes, que son también los más originales, tratar de caminar con ellos en su pensar, verlos ante nosotros. Los filósofos que estudiamos nos empujan automáticamente hacia dentro de su órbita"(PGP 12). No obstante, Jaspers recuerda al lector,

en contraste con una totalidad histórica es necesario considerar la originalidad abarcadora de estos grandes junto a quienes salimos de la historia para ser humanos a la sombra de una presencia.[AEG 7]

Los grandes filósofos nos ayudan a expandir los límites de nuestras posibilidades de ser humanos.

Ellos quieren ayudar a justificar nuestra existencia, no a confundirla. Debemos despertarnos a través del lenguaje de su existencia y llegar a ideas razonables.[PGP 10]

Contra el canon de Martin Heidegger según el cual "el lenguaje es la morada del ser"[11], Jaspers sostiene que la relación entre el ser y el lenguaje es una relación tensa o está lastrada con el conflicto, y que constituye más bien un puente (Brücke) que una morada. En carta a Heidegger con fecha del 6 de agosto de 1949, escribe: "Cuando se comunica, el lenguaje debe ser revocado en la realidad misma por medio de las obras, la presencia y el amor"[12]. Para Jaspers, la comunicación indirecta tiene lugar en el lenguaje y se hace posible a través de este.

Jaspers sugiere magistralmente que hay capas de contenido implícitas que no están establecidas explícitamente. La adquisición de  la perspectiva filosófica requiere rigor metodológico, similar al conocido rigor en las ciencias, pero este no se redue a la diligencia en la perseverancia metodológica. Para Jaspers, pretender la objetividad en filosofía semeja por lo menos una "trivialidad de la subjetividad indiferente" (PGP 11). En vez de eso, la filosofía requiere la participación auténtica en el conocimiento; conocer el lugar de uno mismo en el amplio alcance de los eventos universales y reconocer la cualidad infinita del propio camino finito hacia la sabiduría cuando se pondera la condición humana. Como psiquiatra entrenado, Jaspers tenía pasión por la humanidad en sus diversas apariencias, aunque él también era consciente de las exigencias y motivos que producen la acción humana y de las tentaciones que llegan con intensidad social, económica y  política. Puesto que Jaspers creía en el valor de la comunicación, él se puso también a disposición de audiencias más amplias fuera de las universidades, mayormente a través de sus muchas conferencias radiales. Estas charlas inspiradoras reflexionan sobre la condición humana; ellas están destinadas a alentar la auto-reflexión y a estimular la curiosidad filosófica en quien escucha o lee. La elección ocasional de conceptos sugerentes y vagos que se encuentran integrados en observaciones históricamente importantes llegan a buen puerto con una audiencia cuyo horizonte cultural es inclusivo de una sabiduría atemporal, y que como tal nota su ausencia en la presunta inevitabilidad y necesidad del supuesto progreso.

En su colección editada de traducciones al inglés de escritos seleccionados de Jaspers, Edith y Leonard Ehrlich y George Pepper observan: "Magistral como era su dominio del lenguaje y estando comprometido en expresar su pensamiento en los términos más precisos y límpidos, él nunca habría sacrificado, en sus escritos o en su conversación, la amplitud y profundidad de lo que quería decir para facilitar, y de ahí para entender más fácilmente las formulaciones"[13]. Por consiguiente, ellos no lo hicieron en la representación de sus pensamientos. Y nosotros tampoco. En esta colección, los Ehrlich y Pepper publicaron la traducción de unos pocos extractos cortos tomados del Prefacio y la Introducción de Jaspers a Los grandes filósofos . Hemos vuelto a traducir también estos extractos con la intención de traducir la terminología de Jaspers de un modo exacto y consistente, siempre atentos a representar el sentido de una forma adecuada al uso de las palabras del inglés. A diferencia de Manheim, E. B. Ashton y otros traductores de Jaspers, nos abstuvimos o privamos de omisiones tácitas y de reordenamientos de su perceptiva y densa escritura. Hemos mantenido el tamaño de la letra pequeña y grande como lo deseamos, siempre que ha sido posible,  para mantenernos también fieles al texto original en alemán en relación a su formato. Intentamos mantenernos tan cerca como es posible a la fraseología de Jaspers. Respecto a la puntuación, seguimos mayormente el texto original en alemán, y sólo la cambiamos si se hubiese comprometido de otro modo la comprensibilidad del significado de una oración o de un pasaje dados.

Traducir estos conceptos sugerentes y vagos ha sido una tarea retadora, ya que no forma parte de los privilegios de los traductores el determinar un modo preferido de interpretación cuando al parecer el autor ha sido intencionalmente vago como  forma de inspiración sutil que pudiera provocar pensamientos originales en el lector con el propósito de introducir los aspectos constitutivos de los grandes filósofos, y hacerlo de una manera tan convincente que el lector llegue a apreciar la profundidad y la cualidad innovadora de estos pensamientos. A veces esto significará que una oración necesita ser leida varias veces, de modo que las sutilezas de su relevancia filosófica se hace notable. Y a veces esto significa que una traducción no debe emular e imponer imágenes estereotipadas a tales conceptos vagos, cediendo por lo tanto a superficiales parcialidades culturales o prejuicios. El alcance de la conciencia de género de nuestros días no estaba en el horizonte de su tiempo. Siguiendo el texto original, defendemos en la traducción el uso de pronombres masculinos cuando se refieren a los grandes filósofos y a los filósofos en general. De modo similar, no usamos el artículo determinado cuando traducimos der Mensch, sino que en su lugar usamos de modo consistente "el ser humano".

Unos pocos comentarios adicionales sobre la traducción: Ralph Frederick Manheim, traductor de Los grandes filósofos  y de muchas piezas literarias del siglo veinte, compara la traducción con la actuación. En su opinión, la función o el rol del traductor es "personificar a su autor"[14], para hablar como si el propio autor estuviera hablando. Esto es loable, en la medida en que se considere meramente como la dirección general a tomar, esto es, a fin de empatizar con el autor. Pero simultáneamente se necesita hacer en todo momento un esfuerzo máximo para distinguir claramente la voz del traductor de la voz del autor. Las condiciones sociológicas y políticas de cualquier tiempo dado tienen un impacto en la composición de un texto. El traductor necesita tomar en cuenta el pensamiento total del autor tal y como este se expresa en su obra previa. Debe ser un filósofo él mismo, a fin de evitar la simple traducción de oración tras oración, sin tomar en consideración el contexto de su producción y sin distinguir en el mayor grado posible entre la comprensión y la traducción de lo que se dice en el texto original y en su exégesis.

En contraste con la propuesta de Manheim, el proyecto de traducción que se presenta aquí es el resultado de un esfuerzo de colaboración. Florian Hild había producido un primer borrador de la traducción que fue desarrollado, profundamente editado y refinado por Burch y Wautischer con vistas a su publicación. Cada uno de nosotros reelaboró independientemente la versión preliminar de Hild, intercambiamos posteriormente estas versiones revisadas de traducciones y las discutimos críticamente, mejorando la versión de los matices en el texto en una primera ronda y sopesando la aplicabilidad de traducciones establecidas de conceptos jaspersianos tales como Ser, lo Abarcador, Trascendencia, Existenz, y así sucesivamente, todos los cuales son discutidos en extenso, por ejemplo, en la colección editada de Schilpp sobre Jaspers. En una segunda ronda de la edición, ambos revisamos conjuntamente de nuevo la traducción, enfocándonos ahora en la composición en inglés y realizando ajustes finales a la misma. Aceptamos la ocasional irritación lingüística que el lector inglés podría experimentar cuando por la precisión matizada del texto en alemán original no se pudo encontrar el equivalente adecuado. Quisiéramos enfatizar que ninguna traducción puede siquiera sustituir la lectura y el estudio de un texto filosófico en el lenguaje en el cual este ha sido escrito originalmente, sin importar cuán buena es su ejecución y cuán cerca una versión está del original o es fiel a este. De ahí que coincidimos con el dictamen de Jaspers, según el cual "la total seriedad sólo es sentida en su origen" (IGP 47). Una traducción siempre puede sólo introducir un texto, facilitar y asistir su lectura, pero nunca sustituirlo completamente.

                  




[1] Karl Jaspers, "Preface to the American Edition of The Great Philosophers",  Existenz 12/1 (Spring 2017), 6-8, aquí p. 7. [Citado en lo que sigue como AEG]
[2] Karl Jaspers, "Philosophical Autobiography", en The Philosophy of Karl Jaspers, ed. Paul A. Schilpp, La Salle, IL: Open Court Publishing Company 1957, pp. 3-94, aquí p. 40. [Citado en lo que sigue como IPG]
[3] Karl Jaspers, "Introduction to The Great Philosophers", Existenz 12/1 (Spring 2017), 13-49, aquí p. 15. [Citado en lo que sigue como IPG].
[4] Karl Jaspers, Dankesrede, Wahrheit, Freiheit und Friede,  Berlin, Germany: Börsenverein des Deutschen Buchhandels, 1958, pp. 7-13, aquí p. 7.
[5] Hannah Arendt, Hannah Arendt and Karl Jaspers: Correspondence:  1926-1969, trad. Roberto y Rita Kimber, Orlando, FL: Harcourt Brace and Co. 1992.
[6] Karl Jaspers, "Ausgewählte Verlags und Übersetzerkorrespondenzen", en  Karl Jaspers Gesamtausgabe (KJG) III/8-1, ed. Dirk Fonfara, Berlin: Schabe Verlag 2018.
[7] Karl Jaspers, Reason and Anti-Reason in Our Time,  trad.  Stanley Goodman, New Haven CT: Yale University Press, 1952.
[8] Hans Saner, Karl Jaspers in Selbstzeugnissen und Bilddokumenten,  Reinbek bei Hamburg: Rowholt 1970, p. 130.
[9] Karl Jaspers, Philosophie, 3 Vols. Berlin: Springer 1932.
[10] Karl Jaspers, "Preface to the Great Philosophers", Existenz  12/1 (Spring 2017), 9-12, aquí p. 9.[En lo que sigue citado como PGP]
[11] Martin Heidegger, "Letter on 'Humanismus'", trad. de Frank A Capuzzi, en Pathmarks, ed. William Mc Neill, New York, NY: Cambidge University Press 1998, pp. 239-76, aquí p. 254.
[12] "Die Sprache ist doch im Mitteilen zur Aufhebung in der Wirklichkeit selbst zu bringen, durch Tun, Gegenwärtigkeit, Liebe."Martin Heidegger/Karl Jaspers, Briefwechsel  1920-1963, Frankfurt a.M.: Klostermann 1990, p. 179.
[13] Karl Jaspers, Basic Philosophical Writings, ed. y trad.  Edith Ehrlich, Leonard M. Ehrlich y George B. Pepper, New Jersey: Humanities Press, segunda edición 1994, p. xiii.
[14] John Calder, "Obituary: Ralph Manheim", The Independent, 27 de septiembre de 1992.

Wednesday, April 25, 2018

Stefania Achella, DEL MUNDO A LA SUBJETIVIDAD. EXPRESIÓN Y MUNDO EN LA "PSICOPATOLOGÍA GENERAL", DE JASPERS




Autora: Stefania Achella
Universidad de Chieti-Pescara "G. d' Annunzio", Italia
stefaniaachella@gmail.com



Agradecemos a la autora, Stefania Achella, su apoyo para publicar en este sitio la presente versión en español realizada por Gladys L. Portuondo del original en inglés, según ha sido publicado en: Stefania Achella, "From the World to Subjectivity. Expression and World in Jaspers' General Psychopathology", en  Existenz. An International Journal in Philosophy, Religion, Politics and the Arts, Vol. 10, No 2, Spring 2015. Agradecemos también a Helmut Wautischer, editor de Existenz, su apoyo para esta publicación. Véase en: Existenz, An International Journal in Philosophy, Religion, Politics and the Arts, Vol. 10, No 2, Fall 2015. Véase en: 






Resumen. El ensayo examina el uso de los conceptos de "corporeidad" y "mundo" por parte de Karl Jaspers en su Psicopatología General  y cómo estos conceptos evolucionan en el nivel filosófico y psicológico. Ambos conceptos brindan una forma de resolver el teorema de Jaspers acerca de la incomprensibilidad de los desórdenes psicóticos. El análisis comienza con las manifestaciones objetivas de la psique para abordar la posibilidad de comprensión del propio mundo interior. Jaspers vincula la fenomenología a la psicopatología, y el ensayo mostrará que la comprensión de los estados psicóticos internos no se origina de la empatía. En su lugar, el concepto de verstehen de Jaspers, que él considera que no es confiable desde el punto de vista psiquiátrico, gana reconocimiento en el campo del saber existencial, reconociendo en la filosofía la capacidad de acceder a la subjetividad; una habilidad que sigue siendo inaccesible a las ciencias.

Palabras clave: Jaspers, Karl; Psicopatología General; mundo; corporeidad; verstehen; forma; concepción del mundo; realidad.

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En el año 2013 las numerosas celebraciones por el centenario de la publicación de la primera edición de la Psicopatología General, de Karl Jaspers, han mostrado la modernidad y la importancia de Jaspers[1]. Jaspers aborda el tema de la expresión física y la dimensión psíquica en el Capítulo IV de la Primera Parte, que está dedicada a los fenómenos psíquicos individuales[2]. Este capítulo, bajo el nombre de Hechos objetivos significativos (sinnhafte objective Tatbestände), no tiene como objetivo individualizar simples manifestaciones de la objetividad (una prerrogativa de la Psicología somática), sino hechos objetivos a los que se atribuye significado. Jaspers esclarece la naturaleza de los fenómenos expresivos en la introducción a este capítulo, ellos son

siempre objetivos, en la medida en que pueden ser percibidos por los sentidos, y se manifiestan como cuestión de hecho, lo que puede ser fotografiado o grabado. Por otra parte, ellos son siempre subjetivos en tanto la percepción real de ellos no los hace expresivos; esto ocurre sólo cuando ha habido un entendimiento de su significado [Sinn] e importancia [Bedeutung].[GP 254]

Así, estos hechos se refieren a un tipo de evidencia que no es ni objetiva, ni cuantitativa, ni empática. En vez de eso, ellos tienen base en la comprensión instantánea que evoca nuestra capacidad para percibir la forma; modelos que no sólo están determinados por un elemento subjetivo, sino que adquieren significado cuando se colocan en un contexto intersubjetivo. En este caso, nos enfrentamos a una deducción por medio de la analogía; "no nos vemos a nosotros mismos en la otra persona, sino a la otra persona o a su significado existiendo por derecho propio"(GP 254). A fin de entender estas formas, a través de las cuales la vida interior del paciente se muestra, el psicopatólogo debe por consiguiente confiarse a la sensibilidad innata hacia las formas que cada uno de nosotros siente que posee, independientemente de nuestra educación, al ver un gesto, una postura del cuerpo o una característica de la palabra escrita. Jaspers añade que hacemos uso de un simbolismo universal (universale Symbolik), "vemos directamente la persona y los movimientos de adaptación de cada uno no como meras cantidades matemáticas ni como cualidades sensoriales, sino como algo viviente, portador de un estado de ánimo y una significación"(GP 255). Por lo tanto, se nos presenta una comprensión no empática  igualmente intuitiva e inmediata, que estimula nuestra capacidad de percibirnos como una subjetividad manifestada en este mundo. Una forma de comprensión que puede definirse como "cuasi-trascendental". Desafortunadamente, Jaspers no elabora más allá esta forma de comprensión, porque la considera no confiable científicamente desde un punto de vista metodológico. No obstante, veremos que Jaspers no abandona del todo esta forma de comprensión, lanzándola al espacio filosófico.

Formas y Mundo

En la edición de 1913 de Allgemeine Psychopathologie no hay un discurso específico sobre los Hechos Objetivos Significativos; ellos se encuentran absorbidos en la sección dedicada a la Psicopatología Objetiva[3], en otras palabras, dichos fenómenos no se encuentran dentro de la esfera del ser interior. Las referencias bibliográficas no demuestran ningún inetrés particular de parte de Jaspers por llevar a cabo la investigación sobre este asunto. La mayor parte de su atención se dirije hacia la grafología, como se atestigua en las publicaciones de  revistas especializadas como Graphologische Monatshefte[4], y en los estudios de Ludwig Klages[5].

En la edición de 1946 de GP había cambiado el escenario. Jaspers aproxima la sección sobre los Hechos Objetivos Significativos a la fenomenología en la parte perteneciente  a la vida psíquica interna, cambiando el ángulo de observación. "Tenemos una necesidad psicológica [Drang] de darle objetividad y significado a las cosas"(GP 252). Ellas no son ni una manifestación exterior insignificante, ni el resultado de expresiones voluntarias y racionales, un signo revelador de una dimensión de la conciencia; ellas representan  un punto a medio camino, manifestado por la naturaleza psíquica y la armazón de la mente. Además, Jaspers añade algunas páginas introductorias a la edición de 1946 que explican la importancia de esta área de investigación y la necesidad de circunscribir un método de observación y comprensión  ad hoc  para esta última. En este caso, este debe fundarse sobre "una apropiación interna" de los contenidos (GP 251). El aumento del interés puede verse a través del considerable aumento de referencias bibliográficas. A lo largo de los años, Jaspers había profundizado en el tópico, habiendo reconocido claramente su importancia.
Esta parte se articula en tres niveles: (i) Niveles de la forma. i.e., niveles de la plenitud vital que se manifiesta en las expresiones (psicología de la expresión); (ii) La forma del mundo, su configuración o Gestalt, relativa a la forma en que vive un individuo (psicología de la concepción del mundo (Weltpsychologie); (iii) La conciencia total de una mente única, tratando con formas de la objetivación de la mente y de su comprensión; por tanto, la forma en que "el individuo objetiva este contenido para sí mismo en el discurso, en el trabajo productivo y en las ideas que forman el mundo de la mente"(GP 251).

Ya que estamos tratando con la forma, el primer punto metodológico que necesita  aclararse es la distinción entre las formas significativas y las no sifnificativas. En otras palabras, "¿qué fenómenos son expresiones de la vida psíquica real, cuáles se encuentran condicionados meramente por el cambio de eventos somáticos? ¿Y cuáles son sólo una expresión, en el sentido de que una rama tiene forma, la nube tiene una figura y el agua tiene flujo" (GP 256)? Debe encontrarse un principio que nos permita distinguir los hechos objetivos que expresan una dimensión espiritual, "el alma de las cosas", de aquellos que son meramente objetivos.

Para Jaspers, nos encontramos claramente en el ámbito de la ciencia espiritual. De hecho, él no se interesa en describir la conexión entre los fenómenos corpóreos y la psiquis (el temor y la dilatación de la pupila), sino más bien en llevar a cabo un acto de comprensión por medio del examen de la expresión de la psiquis a través del hecho corpóreo (la alegría de una sonrisa).

El alma de las formas

A fin de alcanzar una conciencia científicamente confiable de estos fenómenos, Jaspers primeramente distingue a partir del contenido, esto es, identifica la forma dentro  "de toda la confusión de  los fenómenos"(GP 255). Pero, ¿cómo interpretar las figuras una vez que han sido identificadas? Aquí Jaspers empezará a tomar ya en cuenta el tema del dualismo: por una parte, podemos seguir el camino de la matematización, reduciendo las formas alternativamente a cálculos racionales y cuantitativos, la otra parte tiene que ver con mantenerse cerca de las formas reales, dentro de la línea de la morfología goetheana. "La morfología"[6], explica Jaspers, "no es deductiva sino que intenta conducirnos hacia una apercepción pura a través de un proceso de visión dinámica y estructurada"(GP 255). La génesis de las formas y de sus infinitas transformaciones pueden ser observadas, pero sin la presunción de atrapar su esencia, porque ellas tienen la característica de lo infinito; así que "son formas que están vivas"  porque la naturaleza tiene que preservarse. Jaspers continúa: "Lo que vemos de esta manera es la totalidad de las características básicas que pertenecen a los fenómenos espaciales de nuestro medio ambiente"(GP 256). Esta clara visión está conectada con un sentimiento. de modo que el sentido y significación de las formas es su alma, y algo que se manifiesta internamente.

¿Cómo podemos percibir la fuerza mental que lo impregna? También se nos presenta en este caso una dicotomía: "O bien malinterpretamos esta cualidad como un significado racional", la signatura rerum, que Jaspers considera como el camino que conduce a la superstición y al conocimiento ilusorio, o "podemos mantenernos cerca del 'alma de las cosas'...No se hacen interpretaciones, sino que abrimos nuestro sentidos a la experiencia viva, a la percepción del elemento interior en las cosas"(GP 256). Esta es la visión fisionómica, que no conoce, sino que ve.

Esta visión de la vida interior de las cosas...forma la sustancia de nuestra unión con el mundo. Esta unión puede ser de profundidad ilimitada; llega como un regalo con cada paso que damos y no puede ser desarrollada metódicamente; permanece ligada a todo lo que se revela a sí mismo a la actitud receptiva y a una sincera preparación para aceptarlo. [Se encuentra por lo tanto] incrustada en la superstición y en el engaño.[GP 356]

Este fundamento desigual, concluye Jaspers,  es el fondo del entendimiento de la expresión; aunque no de la comprensión mítico-natural. "La expresión psíquica como la entendemos en los hombres es algo empíricamente real" (GP 256), siempre existe el riesgo de que nos engañe.

El conocimiento de la fisionomía puede contribuir al entendimiento, pero su límite es la ausencia de principios que pueden componer el vínculo entre el alma y el cuerpo de una forma metafóricamente estable. Su búsqueda de causas sólo produce deducciones por medio de la analogía: impresiones con base en lo inmediato. Sin embargo, al mismo tiempo no se puede descuidar que

desde edad temprana el marco físico desempeña un papel en la formación de la autoconciencia y la conducta general de una persona. Todo lo que pasa a través de la propia vida, lo que se siente acerca de sí mismo y de la propia apariencia es continuamente complementado por dichos elementos, como si se es pequeño o alto, fuerte, débil o enfermizo, si se es en cualquier sentido hermoso o feo, aún cuando originalmente esto no tiene nada que ver con la psiquis propia. El individuo se modela a sí mismo de acuerdo a su cuerpo y con su ayuda y en su compañía hay crecimiento psíquico, de modo que la forma corporal y la vida psíquica se hacen recíprocas aún cuando inicialmente se encontraban separadas.[GP 259]

Jaspers quiere decir que el método fisiológico, con frecuencia mal desarrollado por estereotipos erróneos y provocando una pérdida de forma, por una parte, y de contenido, por la otra, se fundamenta no obstante en un aspecto que resulta significativo para nosotros: nuestro sentido de la forma, nuestra capacidad de reaccionar a la forma, aún cuando no podamos asignarles a las figuras resultantes  una implementación empírica demostrativa. "Ellas crean  más bien una 'átmósfera' para nosotros sin la cual seríamos muy pobres al llegar el momento de estudiar nuestras realidades psiquiátricas" (GP 265).

Psicología de las concepciones del mundo

Después de haber enfrentado el primer nivel de objetivación, el nivel que se encuentra en la psicología expresiva, Jaspers se mueve hacia el análisis más agudo, pero también más controversial,  del hombre que "vive en su propio mundo", donde el alma se manifiesta en formas conscientes de conducta, en actividades de la comunidad, etc. En la edición de 1913 de Allgemeine Psychologie esta sección existe, pero no está clasificada como psicología de la concepción del mundo; el título sólo contiene una referencia a las diferentes actitudes que el sujeto puede adoptar respecto al mundo: comportamiento, acciones, conducta de vida. A la inversa, esta sección de la edición de 1946 estaba tan bien estructurada que Jaspers, a fin de definir su campo de interés, cita un largo pasaje de las notas suplementarias de Goethe al segundo fragmento de los Physiognomische Fragmente de Johann C. Lavater, dedicados a la "Fisionomía en general"[7]. Trata con la referencia de Goethe a una fisionomía más vasta que incorpora las expresiones externas de la interioridad, como una ciencia que conoce lo interno a través de lo externo. En las páginas previas, Jaspers había criticado el intento realizado por la fisionomía de usar lo externo como un punto de partida para atrapar lo interno; ahora, aplicando esta fórmula a una fisionomía mucho más amplia (una psicología de la concepción del mundo) la perspectiva cambia. La pregunta que ahora surge es: ¿qué debe entenderse como externo? Pero también, como quería Lavater, los gestos inconscientes, la figura desnuda que indica la fuerza interior del hombre adicionalmente a su status social, sus hábitos, todo lo que él posee, sus ropas, lo modifica todo, lo esconde todo. Una vez más, es obvio que no puede formularse ninguna teoría sólida, aún cuando

necesitamos no desesperarnos...él no sólo se encuentra afectado por todo lo que lo envuelve; él también tiene un efecto en todo esto y así en él mismo y, según resulta él modificado, así él modifica todo lo que lo rodea. Las ropas y los muebles nos ayudan a deducir el carácter de un hombre. La naturaleza forma al hombre, el hombre se transforma a sí mismo naturalmente. Puesto en el vasto universo, construye su pequeño mundo dentro de este, produce sus propias cercas y paredes, y lo amuebla todo a su imagen.[8]

Para Jaspers, de modo similar a la interpretación goethiana del medio ambiente como extensión de la dimensión interna de la subjetividad, el mundo que rodea al sujeto no sólo es su propia expresión, sino también su razón de existencia. De hecho, esta misma "concepción orgánica, comprehensiva de los seres humanos y de la forma en la que ellos se comportan en su propio mundo"(GP 275) constituye el fondo a partir del cual se inician y llevan a cabo análisis específicos[9]. El método es por lo tanto entender el medio ambiente formativo personal, la conducta de vida y la acción; la suma de estos detalles puede hacer surgir una definición y una comprensión del mundo del paciente, es decir, "una concepción de lo que él experimenta realmente como su realidad"(GP 275).

En la edición de 1913 de Allgemeine Psychopathologie estas consideraciones se encuentran articuladas de modo resumido. El capítulo en su conjunto tiene el objetivo más general de ampliar la comprensión de las manifestaciones expresivas que por entonces eran mal entendidas, i.e., encontrar una forma de acceder a una visión del alma. La edición de 1946 tiene un enfoque diferente. La cantidad de espacio dedicado a este tópico se ha triplicado y se ha introducido una parte enteramente nueva: la capacidad del hombre de transformar su mundo, actuando al respecto[10].

En GP este cambio no ha de interpretarse solamente como una extensión del campo de análisis, sino más bien como una transformación en su totalidad de la consideración de la subjetividad en general -así, también de la anormal. La tarea ahora se convierte en reconocer la importancia de la relación entre el  mundo y la estructura de la subjetividad. Jaspers considera la presencia de la realidad similar al efecto de los sentimientos de una colisión que nos modifica, donde actuaremos a la vez como modificadores y actuamos modificándola. Es la "dureza de la realidad" (das Harte des Realen) que apunta a un "salto a la filosofía existencial y a la auténtica dimensión del ser, el yo y la libertad"[11]; este elemento todavía no se encuentra en las primeras ediciones de la visión de la psicopatología o en la Psicología de las Concepciones del Mundo. Pero ¿es este cambio de perspectiva la premisa de un giro epistemológico?

Es posible afirmar que la aproximación a la filosofía de la existencia parece determinar un mayor reconocimiento de la objetividad y de su resistencia al sujeto; esto también separaría a Jaspers de una perspectiva teórica (en correspondencia con la acusación hecha por Heidegger a la Psicología de las Concepciones del Mundo[12]) y reconoce la dimensión de la praxis como un elemento que funda la subjetividad. De hecho, Jaspers aclara  este punto en la edición de 1946 introduciendo el párrafo sobre la transformación del mundo, al hacer uso de la definición goethiana casi palabra por palabra: "Cada criatura y de ahí cada hombre vive en un mundo que lo rodea (Umwelt), esto es, el mundo que el sujeto apercibe y realiza por sí mismo, que se hace activo en él y en el cual, a su vez, él actúa"(GP 280).

En mi opinión, resulta claro que este es el punto donde esta fisionomía más amplia sale del plano de la psicopatología y se encamina a lo filosófico. De hecho, dado que no es reconocible algún conocimiento científico confiable, esto no nos conducirá a la comprensión de la subjetividad del paciente sino que,  más bien,  podría ser una forma de acercarse a una teoría de la existencia. En este punto las preguntas cambian; esto es, se trata de entender si el mundo anormal es el resultado de una patología o si es simplemente uno de los mundos posibles, más allá de lo sano y lo enfermo; si lo anormal es sólo la forma en la que los sujetos enfermos pueden habitarlo y si Jaspers también considera el choque con el mundo un elemento constitutivo de la subjetividad.

Jaspers añade entonces que "la mente objetiva es sustancialmente válida y no puede enfermarse. Pero el individuo puede enfermarse en la forma en que participa en ella y la reproduce"(GP 287). Esto no quiere decir, sin embargo, que un mundo producido por un hombre enfermo sea enfermo en sí mismo.

Existencia, Mundo, Decisión

Como ya hemos mencionado, el interés de Jaspers en el mundo madura durante su giro hacia la filosofía de la existencia, demostrando una mayor necesidad de entender al hombre -y por tanto también al hombre enfermo, a partir de sus acciones y no sólo de sus representaciones. El proyecto jaspersiano de formar una conciencia no contemplativa es la consecuencia de no ver más la subjetifvidad en tanto meramente representativa. El tema relativo a la resistencia del mundo obviamente fue  relevante en la época, dada su centralidad en la obra de Edmund Husserl y de Heidegger, pero también en la Zustandslehre (doctrina del estado, nota de la traductora) de Heinrich Rickert; podemos rastrearlo aún más atrás con Wilhelm Dilthey, una de las principales referencias teóricas de Jaspers. Dilthey subraya cómo resistiendo la presión del mundo exterior ante nuestras propias intenciones y con nuestras acciones externas batallando en vano, expresamos la realidad independiente desde la cual estas acciones se originan[13].

El interés de Jaspers en esta idea de la resistencia ante la realidad es decisiva para definir la subjetividad y para la identificación de su dimensión práctica; esto garantiza entonces la introducción de este capítulo en borradores posteriores de la GP, donde la subjetividad encuentra su expresión no sólo en el acto del pensar y del representar, sino también del actuar; este resultado se obtiene bajo la influencia de su acción filosófica reflexiva.
De hecho, la subjetividad patológica parece ser incapaz de llevar a cabo una mediación a través de la resistencia al mundo; por eso transforma a este último en mero objeto de la conciencia con características que no se someten al tiempo y los eventos, apareciendo sólo como un contenido de la conciencia. Esta versión patológica expresa así el desorden en la relación con el mundo-que-resiste, que puede trasladarse a un nivel filosófico en un tipo de debilidad ética: la incapacidad de actuar en una esfera ética. La reducción de la objetividad a subjetividad, como lo elucida apropiadamente Jaspers en su Filosofía[14], conduce a la pérdida del mundo y, con este, de  las normas y su valor obligatorio. Por esta razón, una aclaración auténtica de la existencia requiere la apropiación del sentido de objetividad en toda su verdad. Este mismo pasaje, de naturaleza práctica, resulta descartado para algunas enfermedades mentales.

Tomemos, por ejemplo, el mundo de los pacientes obsesivos perseguidos por representaciones desconocidas, disparatadas, las cuales ellos sienten que deben cumplir. Jaspers define la relación que estos pacientes establecen con los eventos. El paciente obsesivo genera pensamientos que son "construidos dentro de un sistema de significados y sus acciones en un sistema de ceremonias rituales"(GP 284), pero cada acción deja atrás dudas que lo obligan a empezarlo todo una vez más. Jaspers afirma, citando a von Gebsattel:

El mundo se ha estrechado en una uniformidad artificial, una inmutabilidad estrictamente regulada, rígida. El paciente está siempre en acción, pero nada es alcanzado. "Hay un esfuerzo incansable sin un descanso; él está siempre tratando con un enemigo que siempre está tras él."...El mundo deja de ser un mundo según las cosas están sometidas a una desrealización creciente...hay una pérdida de solidez, riqueza  y forma, y por tanto de realidad; el mundo ya no está. [GP 285]

Esto es por lo que Jaspers, en el caso del paciente obsesivo, puede llegar a la conclusión de que ellos ven "el mundo entero desapareciendo, con todos sus sentidos atentos e intactos para decírselo así"(GP 286). Lo que se pierde aquí obviamente es la capacidad del sujeto de actuar e interactuar con el mundo.

Cuando describe el mundo de los pacientes con fuga-de-ideas -recordando el análisis de Bingswanger-, Jaspers lo define como "empresa inefectiva, un revoltijo general"(GP 286). Es como si el mundo, la vita activa, escapara a través de sus dedos, sin dejar huella, sin impacto. El problema es que estos mundos no se comunican; el sujeto está amurallado dentro de su propio mundo, bloqueando la dimensión intersubjetiva. La objetividad, al ser imperfecta e incompleta, es negada de parte de la subjetividad, que por otra parte se encuentra atada a parámetros absolutos y objetivos inalcanzables. Un mundo anormal, escribe Jaspers en GP en 1946, y de este modo un mundo que "divide a las personas en vez de unirlas" (GP 282), un mundo en el cual se sustrae la posibilidad de una objetivación compartida; este es un mundo que se retira y se encoje en vez de expandirse, un mundo distraído que hace añicos los sólidos fundamentos sobre los que el alma debería evolucionar. La asimetría de la relación interpersonal que se encuentra en la enfermedad mental alcanza su límite máximo; en este caso, la estratificación compleja de cada proceso de identificación parece aplastarse en un plano interior apático. Cada reminiscencia, cada análisis sintomático, se mantiene siendo problemático y artificial. Para el psicoterapeuta Carlo Pastore, este mundo produce una "Erlebnis (experiencia vital, nota de la traductora) de inaccesibilidad"[15], una distancia en la que el fundamento común de la acción es anulado.

Si negamos la neutralidad de nuestra visión del mundo, como escribe Jaspers en Philosophie, la existencia adoptará constantemente una postura, una tendencia, un medio de deducir cada vez el sentido a partir de la situación (P 7-9)[16]. Es la imposibilidad misma de compartir y comunicar este litoral (que representa en su propia forma la acción del sujeto) lo que bloquea toda posibilidad de crear una relación. El tema de la resistencia y de la realidad del mundo marca el trampolín que conduce del plano teórico del conocimiento como representación al plano concreto del conocimiento como decisión.  Lo que se niega a partir del conocimiento causal puede hacerse efectivo (wirklich) gracias al tema de la resistencia[17]. Hay por consiguiente otro espacio para la comprensión, otro tramo para la comprensión en la dimensión del ethos: la subjetividad se manifiesta a la través de la acción humana.

Psicopatología, Mundo, Filosofía

La realidad individual está acuñada dentro de la relación con la realidad general, que se presenta de una manera articulada y discordante y se ha desarrollado de acuerdo a tradiciones de una cultura y de sus enseñanzas en una época determinada. Ciertamente, el paciente no habla del mundo que él experimenta directamente, sino que a través de sus acciones y comportamiento es posible entender cómo él piensa sobre la posibilidad de actuar en este. Jaspers declara que es posible tener una ojeada de un campo parcial de las concepciones del mundo del paciente, tarea difícil dado que el observador tiene que salir de su propio mundo. No podemos explicarlo a través del conocimiento científico, sino que más bien podemos tratar de comprenderlo. La concreción de estos mundos puede estudiarse desde un punto de vista histórico-espiritual o psicológico-psicopatológico. El único revés es que este enfoque tiene que detenerse en cierto punto. Las limitaciones de este enfoque se subrayan por la crítica de Jaspers. Podemos percibir esto de la crítica hecha a la línea antropoexistencial de pensamiento en la psicología de su tiempo, lo que Jaspers define como la psicopatología genético-constructiva de Binswanger, von Gebsattel y Kunz. Ir más allá del análisis de las funciones, las acciones y las construcciones neurofisiológicas como sugiere von Gebsattel, es, de hecho, sobrepasar todas las posibilidades del conocimiento. Pero el resultado de esta psicología antropoexistencial es una fisionomía psicológica o, más bien, una fisionomía metafísica. Reconducir el conocimiento de la totalidad del ser humano al proceso vital del llegar a ser contamina las categorías filosóficas con lo biológico, la filosofía con la ciencia. Si por lo tanto es cierto que dichas  consideraciones constructivas pueden ayudar al paciente a entenderse mejor a sí mismo, conduciendo al conocimiento filosófico, entonces ellas no pueden utilizarse como fundamentos de la psicopatología.

Terminaríamos también perdiendo a la filosofía. En contraste con una etapa ulterior de la psiquiatría fenomenológica, Jaspers no abraza totalmente la idea de un único mundo, más allá de la salud y la enfermedad -encontrando la anormalidad sólo en la forma en que el enfermo reside en este. Jaspers postulará esta tesis sin emitir una negación, aunque es  un hecho dado que en los años siguientes sentiremos que el impacto con el mundo puede ser uno de los lugares a tarvés del cual  se abre paso una patología, haciendo posible entenderla de cerca. Si como reconoce el propio Jaspers, la delusión "implica una transformación en nuestra conciencia total de la realidad" (GP 95) que se revela cuando se juzga la realidad, entonces resulta claro que un elemento disruptor interviene en la relación sujeto-objeto; esta es la verdadera razón del por qué el mundo patológico no se describe como un error en el conocimiento de la realidad, sino como un error en la evaluación, rompiendo el vínculo práctico con el mundo. Según Jaspers, cuando una experiencia delirante se produce incomprensiblemente en la relación original sujeto-realidad, el propio juicio de la realidad queda subsecuentemente comprometido. Al mismo tiempo, este también ha renunciado a compartir el mundo[18]: eso que está "irremediablemente perdido en el engaño"(GP 411) es, en este sentido, el mundo real[19]. El delirio también rompe el pacto que establece que todos deben estar en conformidad con la realidad.

Por lo tanto, para Jaspers el concepto de mundo como un espacio fisionómico ampliado (como se menciona por Goethe) es un lugar para adquirir el conocimiento de la interioridad -tanto de la sana, como de la enferma. No obstante,  este lugar de acción y de toma de decisiones abandonará el campo psicopatológico para convertirse en aquel otro del conocimiento filosófico. Así es como Jaspers puede afirmar que el intento de introducir en la psicopatología un método que demuestra la correspondencia ontológica entre lo biológico y los síntomas psíquicos de la mente en el campo patológico es similar a la idea de conformación, ya que "la totalidad de la vida  humana y de su origen último no puede ser objeto de ninguna investigación científica"(GP 543). La comprensión en la psicopatología ofrece el rescate en el plano filosófico, en el conocimiento existencial, donde el mismo mundo juzgado por la ciencia como insuficiente adquirirá riqueza y valor.






[1] Una versión anterior de este ensayo es "Comprendere i fatti. Corporeità e mondo nella psicopatologia jaspersiana", Studi Jaspersiani 2 (2014), 103-128.
[2] Karl Jaspers, General Psychopathology, trad. de J. Hoenig y Marian W. Hamilton, Baltimore, MD: Johns Hopkins University Press, 1997.[En lo que sigue citado como GP]. Véase también Kurt Kolle, "Grundsätzliches zur psychiatrischen Körperbauforschung", Klinische Wochennschrift 14 (1926), 595-7. Kolle llama la atención sobre la investigación del cuerpo y compara la tesis de Jaspers con la obra de 1921 de Ernst Kretschmer, Körperbau und Charakter.Sobre la base de los resultados de sus experimentos, Kolle critica la teoría de Kretschmer que quiere uniformar el vínculo  entre la constitución física y la patología mental, y acepta en su lugar la postura relativa y crítica de Jaspers como científicamente sólida.
[3] Karl Jaspers, Allgemeine Psychopathology. Ein Leitfaden für Studierende, Ärzte und Psychologen, Heidelberg: Springer 1913, 132-144.
[4] La revista era producida por la Deutsche Graphologische Gesellschaft, publicada inicialmente en 1897 y descontinuada en 1908 con la publicación del volumen XII.
[5] Véase Ludwig Klages, Die Probleme der Graphologie. Entwurf einer Psychodiagnostik, leipzig: Johann Barth, 1910.
[6] El propio Goethe proporciona una definición de su idea de forma (Gestalt): "Los alemanes tienen una palabra para el complejo de la existencia presentada por un organismo físico: Gestalt [forma estructurada]. Con esta expresión ellos excluyen lo que  puede cambiar y asumen que un todo inter-relacionado se identifica, se define y se fija en su carácter. Pero si miramos a todas estas Gestalten , especialmente a las orgánicas, descubriremos que nada en ellas es permanente, nada se encuentra en reposo o se define -todo está en un flujo de movimiento continuo. Esto es por lo que el alemán hace uso continua y apropiadamente de la palabra Bildung [formación] para describir el producto final y también para lo que se encuentra en proceso de producción. Así al establecer una morfología no debemos hablar de Gestalt, o si usamos el término debemos al menos hacerlo sólo en referencia a la idea, el concepto o a un elemento empírico que se mantiene firme durante un simple momento del tiempo. Cuando algo ha adquirido una forma, se metamorfosea inmediatamente a una nueva. Si queremos llegar a cierta percepción viva de la naturaleza, debemos mantenernos tan rápidos y flexibles como la naturaleza y seguir el ejemplo que ella ofrece." Wolfgang von Goethe, "The Purpose Set Forth (de On Morphology), " en  Scientific Studies, ed. y trad. de Douglas Miller, New York: Suhrkamp Publishers 1988, pp. 63-4. La forma, más bien que un elemento estable, indica una continua transformación en virtud de una capacidad de metamorfosis en a que  se produce una fuerza interna; esta última ya es un elemento potencial de la fase inicial del proceso de formación.
[7] Johann Caspar Lavater, Physiognomische  Fragmente zur Beförderung der Menschenkenntnis und Menschenliebe, Vol. IV, Leipzig y Winterthur: Weidmanns Erben&Reich y Heinrich Steiner&Compagnie 1775-1778, aquí Vol. 1 (1775), p.15.
[8] Citado en GP 275,Eduard von der Hellen, Goethes Anteil an Lavaters Physiognomischen FRagmente, FRanfurt am Main: Rütten & Loening 1888, p. 33.
[9] Sobre la relación entre el fondo y la figura véase Edgar Rubin, Visuell wahrgenommene Figuren,  Coponhagen: Gyldendals, 1921. A pesar de no ser citado por Jaspers, esta es una obra coetánea.
[10] El interés en la acción y la retroacción entre el  hombre y el medio ambiente coloca a Jaspers dentro del ámbito de la antropología filosófica de su época. Véase la psicología teórica de Erwin Straus, la interpretación filosófico-antropológica de Hanz Kunz, el análisis existencial de Alfred Storch y Ludwig BInswanger y también la antropología médica de Viktor Emil von Gebsattel, Prolegomena einer medizinischen Anthroipologie, Berlin:  Springer, Berlin 1954. Adicionalmente, Viktor Emil von Gebsattel, Imago hominis: Beiträge zu einer personales Anthropologie, Salzburg: Otto Müller, 1968. Jaspers se refiere a  "Die Welt der Zwangskranken", de von Gebsattel, Monatsschrift für Psychiatrie 99 (1938), 10-74.
[11] Kurt Salamun, Karl Jaspers, Würzburg: KÖnigshausen & Neumenn 2006, p. 101.
[12] Martin Heidegger, Ammerkungen zu Karl Jaspers' "Psychologie der Weltanschauungen" (1919-21). El texto heideggeriano, que quedó sin publicar por largo tiempo, será publicado sólo después de la muerte de Jaspers en Martin Heidegger, Wegmarken [1967], FRankfurt am Main: Klostermann 1978, pp. 1-44. Aquí Heidegger critica cómo Jaspers percibe la vida, conectándola más bien a una dimensión idealista.
[13] Véase Wilhelm Dilthey, "Die Typen der Weltanschauung und ihre Ausbildung in den metaphysischen Systemen [1911]", en Gesammelte Schriften, Volume 8: Weltanschauungslehre, ed. de  Bernhard Groethuysen,  Göttingen: Vandenhoeck & Ruprecht, 1991, pp. 75-120.
[14] Véase Karl Jaspers, Philosophie, Vol. II, Berlin: Springer 1932, p. 403.[En lo que sigue citado como P]
[15] Carlo Pastore, "Il mondo del delirio. Note introduttive all'ipotesi della ricodificazione sensoriales dei processi noetici", Compendre 19 (2001), 238-259.
[16] Para este aspecto véase Csaba Olay, "Jaspers und Gadamer über Kommunikation und Dialog", Jahrbuch der österreichischen Karl-Jaspers-Gesellschaft 24 (2011), 57-77, que subraya en la página 62 cómo "la existencia tiene, para Jaspers, el mismo significado que el ser-sí-mismo; esto no debe percibirse en una forma pasiva, sino más bien como una forma que no ha sido alcanzada por  cada vida humana. Por consiguiente, la existencia indica la tarea y la elección de una decisión, de estar en posición de no perderse a sí mismo en una mera  modalidad  óntica de las masas". [Traducción de la autora]
[17] Karl Jaspers, Vernunft und Widervernunft in unserer Zeit, München: Piper, 1950.
[18] Respecto a la posibilidad de construir un mundo compartido de esquizofrénicos, Jaspers cita  la obra de von Bayer, quien analiza la experiencia de pacientes que sufren de delirios persecutorios (GP 282). Véase Walter Ritter vbon Bayer, "Über konformen Wahn", Zeitschrift für Neurologie  140 (1932), 398. Sin embargo, este sigue siendo un aspecto problemático para Jaspers,ya que la tendencia egocéntrica de los delirios esquizofrénicos hace el mundo esquizofrénico más accesible a la persona sana  que a otro paciente esquizofrénico.
[19] La interpretación jaspersiana, reconociendo la incomprensibilidad de la enfermedad psíquica, se abre a una visión orgánica. Aquí Jaspers se relaciona con Carl Wernicke, que describe algunos problemas de la persona enferma como ideas autóctonas, "imágenes de meta" nacidas de la tierra, que no tienen nada que ber con causas externas (GP 184).