Monday, September 14, 2015

Gladys L. Portuondo. JASPERS, HUSSERL, KANT: LAS SITUACIONES-LÍMITE COMO "PUNTO DE GIRO"




ResumenEl ensayo resume algunos comentarios -según se ha discutido en mi libro La existencia en busca de la razón. Apuntes sobre la filosofía de Karl Jaspers, Editorial Académica Española, LAP LAMBERT Academic Publishing GmbH & Co. KG, Alemania, 2012- sobre el significado de las situaciones-límite en la filosofía de Karl Jaspers como un punto de giro respecto a la fenomenología de Edmund Husserl y la filosofía trascendental de Inmanuel Kant, y como una clave para la comprensión de algunas de las diferencias de la filosofía de Karl Jaspers respecto al pensamiento de Husserl y el de Kant, respectivamente.  Para Jaspers, el significado de las situaciones-límite como estructura de la Existenz subraya la posibilidad del riesgo en la historicidad individual. El arriesgarse rompe el flujo de la reflexión y, al mismo tiempo, apela a una apertura de la ética -sin sacrificar la universalidad del imperativo categórico de Kant. Desde el punto de vista de Jaspers, la fenomenología de Husserl no abre la posibilidad de la autotransformación para el yo, ni cointribuye a desenvolver la "acción interior" del pensamiento trascendiente, y en tanto las situaciones-límite rompen el flujo de la conciencia auto-reflexiva, las tensiones que se levantan entre la conciencia y la Existenz  se mantienen más allá del alcance de la fenomenmología de Husserl . De igual  modo, como puede verse a partir de la posición de Jaspers, el significado del método trascendental de Kant se ha hecho diferente por la clarificación por medio de la Existenz , lo que muestra no sólo que el pensamiento se encuentra en riesgo en las situaciones-límite, sino también que la Existenz al mismo tiempo pone en riesgo su posibilidad y su destino.


Palabras clave: Fenomenología de la conciencia, conciencia enferma, autoconciencia reflexiva, situaciones-límite, pensamiento trascendiente (sic.), método trascendental, aclaración existencial, historicidad individual.

Publicado originalmente en: Revista Filosofía No. 25, Universidad de los Andes, Mérida-Venezuela, Enero-diciembre 2014 / ISSN 1315-3463. 




Jaspers ha enfatizado que la filosofía de la conciencia adopta un significado "contemplativo" en la fenomenología de Husserl. Reprocha a Husserl lo mismo que a Descartes: ambos intentan validar para la filosofía los criterios de evidencia y de certeza, cuya base se encuentra ​​en las matemáticas. A partir de su experiencia clínica como psiquiatra, Jaspers se enfrentó a los "desvíos" de la psique patológica frente a las pretensiones de coherencia y de sentido de la fenomenología de la conciencia según la filosofía de Husserl[1]. pues la búsqueda fenomenológica de la verdad "en sí misma", como respuesta de Husserl a la fundamentación de la filosofía como "ciencia rigurosa", no se ocupa de comprender adecuadamente la conciencia enferma.
No obstante, al considerar que el alcance de la fenomenología de la conciencia se limita a describir fenómenos particulares como método, Jaspers la utiliza para describir las experiencias de las personas con enfermedades mentales. Estima que esta es sólo un "método subordinado" para la descripción[2] y, por lo tanto, únicamente un método de investigación científica[3]. Aunque en ningún caso la acepta como un método filosófico, para Jaspers la fenomenología permite representar objetivamente los fenómenos de la vida mental, pero no abre la posibilidad de una auto-transformación para el yo, ni tampoco contribuye a desarrollar la "acción interior" del pensamiento trascendiente -que es para Jaspers condición necesaria del filosofar.  "En realidad", afirma Jaspers, "existe una diferencia radical entre la fenomenología de la conciencia y la aclaración de la Existenz (...), descrita (...) como el salto de la observación al filosofar, es decir, de saber algo a la acción interna a través del pensamiento"[4].  Este método no alcanza  una comprensión (Verstehen)[5] de la psique enferma; es decir, una interpretación de las conexiones genéticas que existen entre los estados mentales y las relaciones y motivaciones que los animan [PA 18]. Para Jaspers, quien introdujo la fenomenología en la psiquiatría[6], esta resulta útil únicamente como método empírico para definir y distinguir los estados mentales.
Aunque desde las Meditaciones cartesianas (1931) Husserl había mostrado su interés en el "mundo de los hombres" como campo de la intersubjetividad trascendental y apertura del espacio para el "mundo de la vida", las tensiones entre la conciencia y la Existenz permanecen ajenas a la fenomenología de Husserl. En consecuencia, esta no toma en consideración las situaciones-límite, las cuales rompen el "flujo" de la conciencia auto-reflexiva. Si nos atenemos a Jaspers, resulta difícil entonces no tomar en consideración que el límite inherente a la fenomenología como una filosofía de la conciencia hace imposible avanzar hacia la filosofía de la existencia, ya que esta última tiene que ser inclusiva en lo que respecta a todas las potencialidades humanas.
 La relación de Jaspers con la fenomenología de Husserl tiene en cuenta dos circunstancias fundamentales: en primer lugar, la Existenz va más allá de (y comprende) la conciencia, pero la fenomenología se mantiene, básicamente, en el ámbito de esta última[7]; en segundo lugar, la filosofía de Jaspers reclama una dimensión ética del filosofar que conduce el pensamiento a la vida práctica, donde se supera la dimensión contemplativa de la reflexividad a partir de la condición desgarrada del  existente.
Haciendo hincapié en el método trascendental de Kant en cuanto el mismo se propone trascender lo objetivo [RC 792], Jaspers reconoce en este método el tipo característico del método filosófico -diferente del método científico. Jaspers considera que el camino a la Existenz, abierto a través de la auto-reflexión, es revelado por Kant a partir del reconocimiento de: 1) la orientación filosófica en el mundo sin "ilusiones engañosas", como camino de la ciencia y del conocimiento objetivo; 2) la forma del pensamiento que transforma el mundo en libertad, lo que demuestra que el mundo no puede "cerrarse en sí mismo" y es así incomprensible en su conjunto para el conocimiento objetivo. Jaspers señala que el esfuerzo para trascender la escisión sujeto-objeto no es posible  al margen de la ciencia y del conocimiento objetivo. Kant mantiene una postura similar respecto a la relación entre la ciencia y la filosofía, y Jaspers subraya con Kant  la "no-oclusión" del mundo a través de las antinomias y falacias que son el resultado de la identificación de la idea del mundo con una totalidad, la cual pretende agotar el ser del mundo en su "objetividad"[8]. Para Jaspers, Kant habría dado un paso decisivo hacia la posibilidad de la filosofía de la Existenz, al proporcionar el fundamento metódico de la "idea de la fenomenicidad correspondiente a nuestra existencia dentro de la dualidad sujeto-objeto, subordinada al espacio y el tiempo como formas de la intuición, y a categorías consideradas como formas del pensamiento"[9]. Al determinar el alcance del sujeto como inconmensurable con la objetividad del objeto -que más bien es "puesta" según este alcance como su referente necesario-  Kant concibe al sujeto de acuerdo a una condición humana universal[10], abordando las estructuras de la razón para todo sujeto racional posible. El sujeto así concebido contrasta con la singularidad e irrepetibilidad de la historicidad individual, la cual decide y actúa en el ámbito de posibilidades cuyo condicionamiento y alcance responden a situaciones-límite irrebasables para la  Existenz.  Si bien Jaspers sigue a Kant e igualmente hace hincapié en que  no es posible pensar, a menos que lo que se piensa sea objetivado -afirmando, así mismo, que todas las objetivaciones deben ser metódicamente canceladas por el incesante pensamiento trascendiente a través de contradicciones y círculos, poniendo de manifiesto el carácter esquivo de lo que trasciende el marco de la escisión sujeto-objeto y conduciendo al pensamiento hasta los límites de lo pensable-,  en este caso estos son límites, subraya Jaspers, según son dados en el pensamiento.
De manera análoga, puede afirmarse que si bien la filosofía trascendental de Kant ha adoptado la experiencia de la realización de los conocimientos de acuerdo con la razón científica moderna como punto de partida -a la vez que examina críticamente  las condiciones de esta posibilidad-, la crítica de Jaspers se inicia con la des-realización, por así decir, de la existencia empírica (Dasein) en un mundo cuya característica distintiva es la crisis,  examinando de una manera similar las condiciones de la posible Existenz través de una praxis  que se despliega en virtud de la aclaración existencial y la comunicación. Para Jaspers, el "orden" de la Existenz no puede encontrarse en ningún otro que en el de la propia Existenz, pero este orden sólo tiene un significado indirecto[11] porque el ser de Existenz es únicamente posibilidad. Cuando el pensamiento trascendiente (esto es, el pensamiento que realiza la acción de trascender el entendimiento, sin renunciar a éste y apelando a la anulación metódica de las objetivaciones)  "piensa acerca de los objetos a través de formas no objetivas, salta por encima de nuestra propia sombra por medio del pensamiento; piensa por métodos que usan el entendimiento y que van más allá del entendimiento" [RC 794][12],  lleva a cabo la "operación filosófica básica" y hace posible cambiar la actitud de la conciencia, o lo que es lo mismo, hace posible su conversión[13]. Jaspers considera la conversión del pensamiento como parte del trascender formal, o lo que es lo mismo, según el "orden de la razón"[14]. Pero también cree que esta conversión responde a la "realidad" y al "sentido de la historicidad",  que a su juicio Kant no entendió -por lo que, siguiendo a Jaspers, Kant perdió de vista la ética de la responsabilidad, a través de la cual Max Weber desarrolla su pensamiento posterior. Así, Jaspers enfatiza:
Lo que, desde el punto de vista de una filosofía de la historia, él [Kant] permite, es meramente el intento de escribir una historia en la que se muestra en qué medida y hasta qué punto -medido por el ideal de la razón-, los hechos y transformaciones que se produjeron eran ventajosos, y cómo todo esto está conectado [RC 755].[15]
La dialéctica de la relación de la historicidad  (tal como es concebida como condición existencial por Jaspers) y la historia objetiva de la existencia empírica (Dasein) permite la identificación de los cercos (o límites, como Jaspers los denomina) en la sociedad; esto afecta tanto  a cualquier situación histórica de lo dado empíricamente como límite, así como también crea las condiciones de la posibilidad histórica. "En cualquier caso", Jaspers señala, "lo que sucede depende del hombre. No hay nada que pueda ser considerado como inevitable, fatídico (...) Dentro de nosotros está lo que llega a ser, y dentro de cada individuo, sin duda, a pesar de que ningún individuo puede decidir a dónde va la dirección de la historia"[16]. Para la experiencia humana de las situaciones-límite, al parecer la heterogeneidad de la historicidad individual es irreductible al sujeto universal kantiano no sólo por sus manifestaciones empíricas, sino también debido a su potencialidad existencial.
Para Jaspers, las situaciones-límite (Grenzsituationen) no constituyen ellas mismas un contenido del  pensamiento, sino más bien la expresión de la discontinuidad y de los límites de la posible Existenz. Si la situación fáctica define a la existencia empírica (Dasein), la situación-límite define a la Existenz: para Jaspers, existir y experimentar las situaciones-límite "son una misma cosa"[17], siendo la "auténtica función del límite" [F2 67-68] señalar a la Trascendencia, sin dejar de ser inmanente. Desde las situaciones-límite la oclusión de la existencia empírica se revela, así como la incapacidad del entendimiento para aclarar su significado en la conciencia en general[18]. La situación-límite tiene un carácter "histórico" (geschichtlich) para la posible Existenz y es única para el individuo: éste no puede modificarla ni suprimirla; en cambio, puede esclarecerla, esto es, comprenderla a través de la activa participación en ella. La tarea de la filosofía como aclaración de la Existenz es abordada en correspondencia con la fisonomía existencial del individuo en tanto esta puede abrir y estimular la posibilidad de la (auto)reflexión en las situaciones-límite, aunque también determina el ámbito de aplicación de dicha posibilidad. La muerte; la culpa; la lucha; el sufrimiento; el fracaso, como situaciones-límite expresan la finitud de la Existenz y, al mismo tiempo, su potencialidad. Su significado sólo puede ser comunicado de manera paradójica y en oposición a la existencia empírica -a la que la Existenz, sin embargo, tiene que "agarrarse", en la medida en que esta es el único medio para su manifestación.
Para Jaspers, el método trascendental de Kant cambia su significado en la aclaración de la Existenz, aunque es su condición esencial. Así, siguiendo a Jaspers, la filosofía trascendental de Kant se mantiene en el ámbito de la pregunta sobre la "posibilidad",  proponiendo las conocidas tres cuestiones metafísicas, relacionadas con el conocer, el hacer y el esperar. Desde ellas, esta filosofía ha fundamentado el método del trascender en la posibilidad trascendental, donde el pensamiento trascendiente no capta ningún ser, "sino que "aclara un aspecto de nuestra existencia empírica, en general" [F2 408]. De este modo, la concepción de Jaspers sobre la aclaración existencial contribuye a ampliar el método trascendental, ya que toma en cuenta no sólo el alcance del trascender en el pensamiento -donde la Trascendencia se puede representar como Idea-, sino que al mismo tiempo se refiere al trascender que significa una potencialidad existencial,  justo allí  donde el pensamiento ya no trasciende, es decir, en las situaciones-límite, donde la Trascendencia aparece como una experiencia de libertad para el sí-mismo, así como  testimonio del que da cuenta la Existenz.
No sólo es evidente para el trascender a través de la aclaración existencial que el pensamiento está en juego en las situaciones-límite, sino también que la Existenz pone en juego su potencialidad y su "destino", como lo expresa Jaspers. La auto-reflexión da paso, en la aclaración existencial, a la aceptación o aquiescencia de los juicios (positivos o negativos)  y a las decisiones a través de la acción. Jaspers subraya que el momento de la decisión siempre implica para la Existenz la posibilidad del riesgo; de esta manera, desde el punto de vista de la aclaración existencial, puede inferirse que el alcance de cualquier ética racional sería objetable, si esta se considera como garantía suficiente para la acción -en cualquier caso, si nos atenemos a la perspectiva de Jaspers esta sólo podría apoyar la limitada posibilidad de la acción prudente, "ya que la Existenz debe decidir a tiempo y no puede, de manera arbitraria y sin interrupción, comprobar en aras de la prudencia", porque "el tiempo obliga"[19]:
"La Existenz no puede esperar (...), debe decidir al instante en cada momento, y entonces debe ejecutar lo que sólo después de una cognición sin fin sería claro y evidente al final de los tiempos(...). La Existenz tiene que arriesgarse ella misma. Y sin embargo, en la decisión, en la resolución, queda a la espera de lo que ocurra" [RFF 407].[20]
A partir de la temporalidad y la historicidad de la Existenz, Jaspers cuestiona la afirmación kantiana de "no arriesgar nada, debido a la seguridad material, a la posibilidad de ser injusto" [RFF 407][21]. Esta afirmación parece ser contradictoria con la condición temporal del ser humano, donde lo que se decidió en el instante, se decide por la eternidad -pues no es posible retrotraer la acción en el tiempo, lo que tanto Kant, como Jaspers, toman en consideración. Jaspers comenta que  la Existenz sabe que cuando actúa, podría ser injusta; o también puede omitir la acción requerida cuando permanece impasible, sin importar si se involucra a través de algún evento, ya sea directa o indirectamente. Se puede inferir que, para Jaspers, la Existenz no es capaz de evitar su condición de culpabilidad a través de alguna ética racional, así como dicha condición representa la situación límite para toda acción justa.
Las situaciones-límite contribuyen a dibujar los contornos individuales para la Existenz junto con el pensamiento trascendiente, el cual se mueve en círculos; busca romper el cerco de las objetividades y las fronteras; se dirige hacia la no-objetividad y crea el espacio para la posible Existenz. La aclaración de la Existenz es el objetivo del pensamiento trascendiente, lo que abre la posibilidad para el sujeto de "llegar a ser sí mismo."  Y esto precisamente constituye "el antiguo secreto de la autoconciencia" [RC 799][22]. Así que según Jaspers el método del trascender no sólo tiene una magnitud fundamental en su filosofía, sino también tiene un objetivo existencial, consistente en "despertar" y "corroborar" la  trascendencia existencial  por cuanto: "La trascendencia general, que se comunica filosóficamente, no coincide con la trascendencia existencial a sí mismo, y aunque es cierto que el pensamiento filosófico la despierta o corrobora, no está, a su vez, llevada a cabo en él"[23]. De este modo, la filosofía no puede garantizar la elusión de los riesgos del trascender existencial.
Por sí mismo, el método de Kant ofrece a Jaspers una clave para orientar la posible Existenz hacia el desempeño de la función que sólo a ella le corresponde; es decir,  poner en juego su potencialidad; en tal caso, se requiere aquella nueva actitud de la conciencia que Jaspers denomina  conversión o "re-nacimiento del pensamiento" [RC 794][24] por medio de la comunicación existencial y la aclaración. La "operación filosófica básica" se lleva a cabo como un salto a un nuevo nivel de pensamiento y se alcanza si, al mismo tiempo, se alcanza la auto-transformación del sujeto que piensa. Pero la conversión de la forma de pensar del pensamiento intelectual a la "razón abarcadora"[25] -no sólo en el ámbito de la teoría, sino también a través de sus implicaciones en la práctica- no es un proceso espontáneo, sino más bien trasciende la reflexividad a través de la decisión voluntaria y la involucra en la participación comunicativa. Para Jaspers, el pensamiento aclaratorio responde a un reclamo de orden ético, al que está unido el riesgo inevitable de la realización existencial.
La razón ha sido expuesta por Jaspers a todos los riesgos de la Existenz. La aclaración existencial ha sido concebida no como superación, sino como  expresión de las discontinuidades, paradojas y límites, por los cuales el camino de la razón comunicativa y abarcadora se desarrolla. El encuentro de la razón con la Existenz nunca es definitivo, ni conduce a una suerte de reconciliación en una identidad imposible donde la razón, así como la Existenz, quedarían disueltas. La razón no pretende dictar sentencia a la Existenz en una visión retrospectiva: ella no levanta el vuelo al anochecer, como el búho de Minerva. En una aproximación sin fin, la razón muestra aquellas condiciones polares, sin las cuales la condición humana no puede realizarse. La aclaración existencial no intenta proclamar una teoría del "ser" de la Existenz, sino más bien una crítica sobre experiencias humanas que llevan al encuentro con la Trascendencia.
Ya que sólo corresponde al yo llevar a cabo este proceso, la "operación filosófica básica" tiene un carácter individual, pero sólo se logra a través de la comunicación. Por lo tanto, la conversión de la conciencia tiene una inherente dimensión social, que está vinculada a las condiciones históricas de las situaciones-límite y también a las experiencias compartidas de las comunidades. Y como Jaspers ha señalado, el cambio de actitud de la conciencia, que se genera a partir de la posible Existenz -mientras esta se enfrenta a los riesgos mediante los intentos para alcanzar su realización- representa no sólo la entrada a la libertad de filosofar, sino que también pone al descubierto la posibilidad del fracaso a la par con la conversión irrestricta del pensar y el existir.




[1] Cf. César Moreno, "De la excepción a la metafísica (Jaspers)", Fenomenología y Filosofía existencial, Vol. 1, Enclaves Fundamentales, Editorial Síntesis, Madrid, 2000, p. 170. [En lo que sigue citadop como EMJ]
[2] Cf. Karl Jaspers, Psicopatología General, Fondo de Cultura Económica, México, 1993,p. 58.
[3] "Not only hallucinations, but also delusions, modes of ego-consciousness, and emotions could, on the basis of the patients'  own descriptions, be described so clearly that they became recognizable with certainty in other cases." Karl Jaspers, "Philosophical Autobiography,"  P. A. Schilpp, ed., The Philosophy of Karl  Jaspers, Open Court Publishing Company, La Salle, Illinois, 1981, p. 18. [Mi traducción al español. Nota de la autora] [En lo que sigue citado como PA]
4 En el original: "Actually there exists a radical difference between the phenomenology of consciousness and the illumination of Existenz (...), it is described (...) as the leap from observing to philosophizing, that is, from knowing something to inner action through thinking." [Mi traducción al español. Nota de la autora]. Karl Jaspers, "Reply to my Critics," en: P. A. Schipp, ed., The Philosophy of Karl  Jaspers, Open Court Publishing Company, La Salle, Illinois, 1981, p. 819. [En lo que sigue citado como RC]   
[5] El método del Verstehen o "verstehende Psychologie" (que puede traducirse como "Psicología comprensiva")como Jaspers lo llama, fue desarrollado originalmente en Psicopatología General (versión en español editada por el Fondo de Cultura Económica, México, 1993) y, posteriormente, en Psicología de las Concepciones del Mundo (versión en español editada por Editorial Gredos, Madrid, 1967). Éste se inspiró en la Psicología analítica y descriptiva de W. Dilthey. Cf. Ludwig Lefebre, "The Psychology of Karl Jaspers", en The Philosophy of Karl Jaspers, P. A. Schilpp, ed. cit., pp. 475, 476, 477, 484-485 y Leonard Ehrlich, "Jaspers' Methodology of Verstehen. Its basis for History, Psychology, Translation." En: Existenz. An International Journal in Philosophy, Religion, Politics, and the Arts, Vol. 3, N. 1, Spring 2008. Véase: www.existenz.us/Volumes/Vol.3-1Ehrlich.html; versión en español en: "Estudios sobre la filosofía de Karl Jaspers":  "La metodología del Verstehen, de Jaspers. Sus fundamentos para la Historia, la Psicología, la traducción" (traducción al español de Gladys L. Portuondo), en:
http://gladysleandraportuondo.blogspot.com/2011/04/leonard-ehrlich-la-metodologia-del.html
[6] La primera referencia de Jaspers respecto al uso de la fenomenología en la Psiquiatría aparece en 1912. Véase:  Karl Jaspers, "Die phenomenologische Forschungsrichtung in der Psychopatologie," en Zeitschrift für die gesamte Neurologie und Psychiatrie, No. 9,1912, pp. 391-408.  Citado por  Ludwig Lefebre, "The Psychology of Karl Jaspers," en P. A. Schilpp, The Philosophy of Karl Jaspers,  ed.. cit., p. 473, nota al pie 7.
[7] Cf. César Moreno, "Formas de lucidez. De las cosas mismas a la existencia", en: Fenomenología y Filosofía existencial, ed. cit., p. 35.
[8] Cf. Karl Jaspers, "Doctrina de Kant sobre las Ideas", en: Conferencias y ensayos sobre historia de la filosofía, Editorial Gredos, Madrid, 1972, pp. 114-115.
[9] Karl Jaspers, La fe filosófica, Editorial Losada, Buenos Aires, 1953, p. 14.
[10] En Psicología de las Concepciones del Mundo (versión en español por Editorial Gredos, Madrid, 1967), Jaspers se detiene en el Apéndice en la teoría de las ideas de Kant, donde  resalta la característica específica que a estas corresponde como contenidos de la razón que rebasa la escisión sujeto-objeto. Se detiene así mismo en los comentarios de Kant acerca del problema del "ente uno", del individuo, en el acápite sobre las ideas de la totalidad del contenido de la experiencia. Al señalar que dicho problema  no existe para la teoría de las categorías por cuanto este resulta inaccesible para el entendimiento, Jaspers subraya que en cambio,  el mismo ocupa un lugar prominente en la teoría de las ideas. Comenta que para Kant "la determinación de todo ente aislado es igualmente tarea infinita que se fundamenta en la idea de la totalidad de la experiencia", y que "todo individuo es infinito" por cuanto "es idea en la medida en que llega a ser objeto del conocimiento"; así como que "la idea del individuo existe solamente en la idea de la totalidad en  general" pues las ideas son "tarea infinita para el conocer" (pp. 610,611). Pero Kant se refiere al problema de lo individual en el ámbito de la razón, no en el ámbito de la Existenz. [Nota de la autora]
[11] Las referencias de Jaspers al significado "indirecto" de diferentes nociones, como por ejemplo las cifras de la Trascendencia,  o los "conceptos" y descripciones  fenomenológicas de la Existenz, subrayan la imposibilidad de encontrar algún referente objetivo para estas nociones, en tanto ellas pertenecen a un ámbito que rebasa la escisión sujeto-objeto en cuyos límites el saber es objetivado. [Nota de la autora]
[12] En el original: "thinks about objects through non-objective ways; jumps over our own shadow by thought; thinks by methods using understanding and going beyond understanding"...[Mi traducción al español. Nota de la autora]
[13] El tema de la conversión de la conciencia por medio del filosofar ocupa un lugar central en el pensamiento de Karl Jaspers.  Un estudio meritorio sobre la significación de esta conversión en las condiciones de la revolución tecnológica contemporánea puede encontrarse en: Gregory J. Walters, Karl Jaspers and the Role of "Conversion" in the Nuclear Age,  University Press of America, 1988.
[14] La "conversión del pensamiento" en Kant se despliega en el ámbito de las operaciones lógicas que no incluyen el juicio, como lo señala Hannah Arendt. Ella ha subrayado que el juicio se ocupa de lo particular y no ocupa un lugar en la filosofía moral de Kant. Véase:  Hannah Arendt, , Conferencias sobre la filosofía política de Kant, trad. por Carmen Corral, Buenos Aires, Paidós, 2003, p. 16 y p. 35. Arendt cita a Kant:  "Una cabeza cerrada o limitada [...] puede alcanzar mediante el estudio la propia erudición por medio del entrenamiento. Pero teniendo en cuenta que, en tal caso, el juicio suele faltar, no es raro encontrar hombres con educación superior que, al utilizar su capacidad científica, dejan  ver esa  falta irremediable [del don]". En: I.  Kant, Kritik der reinen Vernunft, B172-B173, trad. al español: Crítica de la Razón Pura, Madrid: Alfaguara,1978 [1986].  Véase: Hannah Arendt, op. cit., p. 17. Arendt señala más abajo la significación de este tema para "un grupo de cuestiones que enfrentan al pensamiento moderno, particularmente el problema de la teoría y la práctica, y para todos los intentos de alcanzar una teoría de la ética más o menos plausible". A su vez, en su "Reply to my Critics", Jaspers afirma en su comentario a Walter Kaufmann que la opinión del mismo, según la cual "él piensa que yo me sitúo por encima del fundamento de la Crítica de la Razón Práctica, se encuentra difícilmente en lo correcto".  Jaspers dice que, si bien él conoce esta obra, él "ha estudiado repetida y completamente, y una y otra vez ha pensado, sólo a través de las otras dos Críticas". En:  Karl Jaspers, "Reply to my Critics", P. A. Schilpp, op. cit. p. 857[Mi traducción al español. Nota de la autora]. La valoración del significado del juicio para la Existenz en la filosofía de Karl Jaspers, no obstante, es un tema que sobrepasa el propósito limitado de este artículo.
[15] En el original: "What, from the point of view of a philosophy of history, he [Kant] permits is merely the attempt to write a history in which it is shown in how far and in how far not -measured by the ideal of reason- the events and transformations which occurred were advantageous, and how all this is connected."[Mi traducción al español. Nota de la autora]
[16] Karl Jaspers, Origen y meta de la historia, Revista de Occidente, Madrid, 1953, p. 166.
[17] Karl Jaspers, Filosofía, edición en dos volúmenes de la Revista de Occidente, Madrid, Vol. 2, p. 67. [En lo que sigue citado como F2]
[18] Recuérdese que Jaspers denomina "conciencia en general" al entendimiento común y a las formas de comunicación según la lógica universal que corresponde a éste.
[19] Karl Jaspers, La fe filosófica ante la revelación, Editorial Gredos, Madrid, 1968, p. 407 .  [En lo que sigue citado como  FFR ]
[20] En el original: "Existenz cannot wait (...) it must decide instantly each time, then it should run what only after an endless cognition would be clear and apparent, at the end of time (...) Existenz has to risk itself. And yet at the decision, at resoluteness, it stays on expectation of whichever comes." [Mi traducción al español. Nota de la autora]
[21] En el original: "do not risk anything, because of the material safety, to the possibility of  being unfair". [Mi traducción al español. Nota de la autora]
[22] En el original: "the ages-old secret of self-consciousness". [Mi traducción al español. Nota de la autora]
[23] Karl Jaspers, Filosofía, Vol. 1, ed. cit, p. 55. (Énfasis añadido. Nota de la autora)
[24] En el original: "re-birth of thinking."[Mi traducción al español. Nota de la autora]
[25] La noción de "razón abarcadora" u omicomprehensiva, como también puede traducirse, es uno de los pilares esenciales de la filosofía de Jaspers. Puede interpretarse, en sentido resumido, como la razón que se  amplía incesantemente en el proceso del trascender ilimitado del pensamiento. Una exposición detallada del significado de esta noción puede encontrarse en la obra de Karl Jaspers, "Razón y Existencia" (edición en español: Editorial Nova, Buenos Aires, 1959).

Tuesday, September 1, 2015

Karl Jaspers. VERDAD, LIBERTAD Y PAZ



La presente versión al español ha sido traducida por Gladys L. Portuondo de la versión en inglés realizada por Florian Hild, según ha sido pubicada conjuntamente con el original en alemán en: Karl Jaspers, Truth, Freedom, and Peace, translation by Florian Hild, en: Existenz. An International Journal in Philosophy, Politics, and the Arts, Vol. 9, No. 2, Fall 2014. Así mismo, todas las notas aclaratorias, el resumen y las palabras clave son de Florian Hild y aparecen originalmente en la versión en inglés.





Resumen: En 1958, Karl Jaspers recibió el Premio de la Paz de las editoriales alemanas. Hannah Arendt presentó a su mentor como hombre de una integridad inexpugnable, representando siempre la humanitas en Alemania. El discurso de Jaspers funda la paz sobre la libertad y la libertad sobre la verdad, definiendo la verdad como compromiso socrático con el Denkungsart der Vernunft,con el modo de pensar de la razón. El compromiso de Jaspers con la comunicación como "lucha amorosa" encuentra una hermosa expresión en comparación con los conflictos caballerescos. El término kantiano Denkungsart desempeña un importante rol en el discurso de Jaspers. Se puede defender la paz por medio de un Denkunsart que carece de paz: Jaspers afirma que los defensores y los adversarios de la paz pueden compartir una forma de pensar en la medida en que estén absolutamente convencidos de sus pensamientos y consideren que sus oponentes están completamente equivocados. Esta observación se aplica a la época de Jaspers tanto como a las realidades políticas modernas.
Palabras clave: Paz; libertad; verdad; comunicación; política; intelectuales; responsabilidad.


El reconocimiento que se me otorga es un gran honor, ya que la Deutsche Buchhandel es una institución independiente, legitimada por siglos de logros.

Los tiempos modernos obligan a las editoriales a convertirse en productoras de bienes y el distribuidor es un vendedor. No obstante, ambos son de hecho nuestros aliados. Los autores y el comercio del libro crean conjuntamente un espacio público de la mente[1], en el que la verdad surge a partir del caos según se fomenta la creciente participación del público lector. Nuestros editores y distribuidores no se satisfacen simplemente calculando y encontrando las aparentes necesidades del público. En vez de eso, poseen oidos finos: uno de ellos aquí, el otro allá, señalando la fuerza del pensamiento y de la poesía, la escondida disposición para las posibilidades de lo viejo y de lo nuevo, para aquello que ilumina[2], que alienta, que es el resorte para el propio avance. Ellos publican textos porque quieren que este modo de pensamiento[3] esté presente en el mundo.

De esta institución recibo el honor que se denomina "premio de la paz". Parece apropiado  aceptar este reconocimiento con palabras acerca de la paz.

Todos nosotros queremos la paz, una paz externa, que no pueda haber guerra y que las armas de destrucción masiva no sean otra vez usadas, y que la aniquilación nuclear pueda ser evitada.

Esta paz sólo es posible como paz mundial.  Hoy, las grandes naciones de color emergen y en pocas décadas superarán a Occidente en crecimiento demográfico y en materias primas, debido a los rápidos avances en el progreso tecnológico. También hoy, activada a través de esta era tecnológica, se ha desarrollado una nueva forma de reinado totalitario en el gobierno. Bajo dichas circunstancias globales, la paz externa sólo es posible en colaboración con estas poderosas naciones y sólo mediante la interacción con el dominio totalitario. La política de la paz es política mundial. Dicha política mundial sólo puede ser exitosa bajo condiciones que uno realiza dentro de sí mismo y que ponemos en práctica en nuestra propia nación. En la medida en que creamos dichas condiciones, podemos esperar que otros nos encuentren a mitad del camino. La paz externa nunca se nos concederá como un regalo de la mera acción política.

No quiero hablar sobre la política de la paz como política mundial, sino sobre estos pre-requisitos. En primer lugar: ninguna paz externa puede ser mantenida sin la paz interna del hombre. En segundo lugar: la paz es únicamente a través de la libertad. En tercer lugar: la libertad es únicamente a través de la verdad.

1. No habrá paz externa sin paz interna

La paz no es la ausencia de conflicto. Los seres humanos pueden transformar los conflictos violentos en geistige y luchas amorosas. La comunicación extingue los conflictos violentos. En lugar del dominio a través de la victoria, el resultado es la verdad compartida. A través de estas luchas compartidas de uno contra otro, uno puede reconocerse a sí mismo. La lucha amorosa proporciona todos los vigorosos medios al compañero en la misma proporción que a uno mismo -incluyendo los medios de la violencia intelectual, donde la racionalidad más fuerte se equipara a la mayor fuerza muscular- y elimina así el letal efecto de la violencia. Lo que usualmente era en la caballería el combate mortal y sus reglas de conducta, pueden compararse ahora a la lucha amorosa y a su orden para la vida diaria.

La paz comienza en casa. La paz mundial comienza con la paz interna de los estados. En lo interno, los conflictos geistigen (espirituales, nota de la traductora) por la dominación, la disposición para la ausencia de paz que desea la violencia oportunista, deben desaparecer. La falta de paz en la política doméstica también hace imposible la paz en la política exterior.

2. La paz es únicamente a través de la libertad

La paz interna llega para los individuos y para el estado individual a través de la libertad. Puesto que sólo la libertad tiene la capacidad para la paz, Kant dijo: Sólo los estados con "una forma republicana de gobierno" pueden lograr la paz más allá de la mera tregua y sin reservas por tiempo duradero. Para Kant, la forma republicana de gobierno no significa una forma particular de dirección (como la monarquía, la aristocracia, la democracia), sino  el gobierno de la libertad -lo que hoy llamamos la idea de la democracia. Esta forma de gobierno no debe confundirse con el tecnicismo de una constitución, el cual se identifica presumiblemente como el adecuado para ser transferido idénticamente a otras partes.

¿Qúe es entonces la libertad? La libertad externa de un estado -y su libertad interna a través de las formas de gobierno- se manifiesta a través de la libertad existencial de las personas individuales. De aquí surge la ambigüedad del término "libertad": la libertad política externa también puede existir en un estado despótico. Una constitución libre y democrática también puede encontrarse en un pueblo de seres humanos sin libertad interna.

La libertad comienza como libertad del individuo, adquiere figura social en la forma republicana de gobierno y se afirma contra la represión de los estados extranjeros, Estos tres aspectos, tomados conjuntamente, hacen realidad la libertad

¡La libertad primero, luego la paz en el mundo! La exigencia opuesta: "primero la paz, luego la libertad" defrauda. Por cuanto una paz externa temporal que ocurre por casualidad o por despotismo, o a través de manejos ingeniosos, o a través del temor de todas las personas involucradas, no es una paz segura, que se encuentre anclada en un fundamento humano. La negación de la paz debido a la falta de libertad de los individuos es, de facto, lo que pronto conduciría a la guerra nuevamente.


Además, la democracia constitucional no es libertad en modo alguno. Ella puede abrir el camino a la arbitrariedad y a la autoindulgencia. Una democracia que es impuesta arbitrariamente y que no es creada por el pueblo que, en consecuencia, no la comprende todavía, presenta meramente para el pueblo de dicho estado la  ocasión de alcanzar la idea de democracia y de convertirse así en un pueblo de ciudadanos libres. Por sí sola, la libertad formal se pierde fácilmente. Cuando por razones de solidaridad los conflictos de los partidos derivan a la autodestrucción, el estado libre se convierte en una escenografía que mañana podría derrocarse junto con todos sus políticos y partidos. Una democracia meramente formal crea al gobierno totalitario, de tal modo que Hitler pudo triunfar justificadamente y afirmar: "Yo los he derrotado con su propia locura".

La situación global es amenazadora. Hoy, la única salvación es la paz mundial. Sin embargo, las guerras siempre han tenido lugar. ¿Cómo puede realizarse esta tarea colosal de un mundo sin guerras? Hasta donde sabemos, esto no puede alcanzarse a través de la magia de una acción sobrenatural, y sería demasiado cómodo e irresponsable confiar en dicha intervención; tampoco a través de un mecanismo imaginado racionalmente que produzca dichos resultados deseables, sino solamente a través de nuestra práctica cotidiana de la libertad. La urgencia de esta libertad puede ser tal vez asistida por una fuerza trascendente en la que no podemos confiar, pero cuya posibilidad impredecible puede aún alentarnos cuando la mera racionalidad se pierde.

3. La libertad es únicamente a través de la verdad

La libertad no es ex nihilo, no es arbitraria y no es opinión al azar. Comprometida con la verdad, una libertad cumplida es posible. Ninguna paz sin libertad, pero ninguna libertad sin verdad. Este es el factor decisivo. La libertad está vacía si no se refiere a la verdad desde la cual se origina y a la cual sirve.

¿Qué es la verdad? Desde la antigüedad los filósofos continúan preocupándose "por la verdad". Recientemente, los filósofos creyeron encontrarse en apuros, en sus dialécticas y sus revoluciones, hasta llegar a la paradoja de si la falsedad en sí misma podía convertirse en un momento de la verdad. Estamos siempre sólo en camino con la realidad de nuestra verdad. Nadie la posee, todos la buscamos.

Si queremos la libertad y la paz, debemos encontrarnos en el dominio de la verdad que antecede a todo partidismo y a todos los puntos de vista, a nuestras decisiones y conclusiones. Cuando nos hacemos libres y veraces, retornamos siempre a este dominio común que nos conecta, aún cuando seamos oponentes.

La verdad no está ante todo determinada por el contenido, sino por la forma en que el contenido es pensado, mostrado y discutido: el modo de pensar de la razón (Denkungsart der Vernunft). Esta verdad se desvanece en el desafío individualista del ser así y el querer eso, en la ceguera del alma y la sordera de la mente, en la ruptura de la comunicación. Vimos ejemplos de esta ruptura en la lucha reciente en contra del equipamiento con armas nucleares a las fuerzas armadas federales.

Esto envenena la atmósfera con el temor ignorante; con el impulso de que ha de hacerse finalmente algo; con la conciencia de un "nosotros" para quienes sólo una opinión única es verdadera y todas las otras indignantes;  con motivos invalidantes porque las cosas tienen que cambiar; con ressentiment. En esta atmósfera, la conversación se asemeja al hablarle a una pared sin que nadie escuche.

En este contexto, el modo de pensar era más esencial que su contenido particular. Ciertamente hay una enorme diferencia moral entre pensamientos tales como: "Despierta Alemania, Judá grazna", "El pueblo a las armas" (con la idea de un imperio alemán que comience gobernando a Europa y luego al mundo entero), o si se trata de: "Contra la muerte nuclear", "Paz a toda costa" (con la idea de la salvación en la interdependencia del mundo por medio de la no violencia propia). Sin embargo, si consideramos la verdad y la libertad como condiciones para la paz, entonces este modo de pensar es más aterrador que cualquier contenido, sea una mentira inhumana o un velamiento bien intencionado de la verdad. El contenido es intercambiable; la falsedad del modo de pensar se mantiene siendo la misma.

La falsedad  es el mayor peligro en todo el mundo político libre. No debemos afirmar que el llamado mundo libre es hoy realmente libre. Comparado con los regímenes totalitarios, tiene meramente la ventaja de la oportunidad de hacerse libre. Esto sólo perseverará si dicha oportunidad se toma con toda seriedad. La idea de democracia -la forma republicana de gobierno- está bajo la amenaza de perderse cuando la democracia  se hace meramente formal, degenerando en un medio de manipulación por los políticos y por los grupos que ejercen presión económica.
Tampoco podemos afirmar que la situación económica del mundo libre se encuentra en orden. La economía moderna, por su propia naturaleza expansiva, debe cambiar su estructura fundamental y su ethos cuando la expansión económica llega a un fin debido a la estrechez de una tierra que en última instancia es distribuida.

Este parece ser un problema insoluble para muchos. Por ejemplo: por medio de medidas de ayuda temporales, tales como las operaciones financieras, la planificación parcial, la asistencia  patrocinada por el Estado, préstamos,etc., los males de esta economía sólo se prolongan. El marxismo espera desempleo y hambre, después de los que no queda nada, salvo la economía dirigida total, terrorista. Esto no nos ayuda a oponer esta expectativa a la falsedad de un optimismo irreflexivo, según el cual la expansión de un progreso sin límites continuará de algún modo.

Mientras tanto, el desenvolvimiento de los eventos encubre una falsedad fundamental. La expansión es sustituida por la creación de empleos que conduce a medios destructivos en virtud del consumo creciente, hasta que todo lo permanente sea aniquilado. El proceso de producción y consumo, ahora un fin en sí mismo, ya no edifica un mundo en el que los seres humanos se encuentran en casa sin permitir que las mercancías se agoten. Después de la total detrucción en 1945, este proceso pudo resucitarse rápida y eficientemente a través de la ética de trabajo y la diligencia de un pueblo, como si nada hubiera pasado.

Una condición de este proceso es un tipo de ser humano cuya existencia se usa y es consumida por esta producción y este consumo cuantitativamente crecientes, en una vida vivida entre el decreciente disfrute del trabajo y la creciente vacuidad del ocio, con una conciencia que se apoya en el prestigio de las continuas adquisiciones, deseando experimentar al más alto nivel posible dicho modo de producción destructivo. De ahí la demanda por la radio, la TV, el automóvil, los viajes, las ropas elegantes, la vida social activa, la casa lujosa, y así sucesivamente. Todas estas demandas deben cambiar rápidamente debido al incansable deseo de lo último -jugando a manos de la producción industrial.

Ya que nada permanente se conserva, la inflación económica es parte de este proceso sin fondo del mundo libre, apelando a nuestra veracidad en nuestra libertad, por medio del despertar de los poderes de oposición.

Nosotros los alemanes tenemos especialmente que ganar nuestra veracidad como una condición de la paz. En la República Federal, la ética de trabajo y la diligencia de los empresarios, empleados y trabajadores alemanes han dictado la seriedad responsable de las políticas económicas y financieras de Erhard, Schäffer, Vocke y han logrado resultados sorprendentes después de la catástrofe total[4]. La política exterior del canciller es inquebrantable y logró una soberanía relativa de la República Federal de Alemania[5], ligada incondicionalmente a Occidente. El milagro económico alemán y la fundación del nuevo estado no deben ser desalentados por quejas mezquinas.

No obstante, el éxito por sí solo no es suficiente. Lo principal no se ha logrado todavía por eso. Hacer gala de este logro es engañoso. No debe distraernos de lo que es esencial.

Volviendo a sus sentidos desde el esfuerzo del trabajo diario y de un olvido general, los alemanes se preguntan hoy: ¿De dónde viene nuestra incapacidad de percibir la falsedad fundamental? ¿Qué es lo que falta? ¿Qué se perdió?

Señalo deficiencias en la verdad proporcionando ejemplos que, a favor de la brevedad, se presentan como aserciones. Solicito amablemente a la audiencia que sean entendidos como interrogaciones:

1. La educación política apenas está aún en camino y parece perderse completamente en la propaganda durante las elecciones. La idea democrática requiere hombres de estado empáticos, que interactúen con el pueblo. Sin esto, la democracia existe meramente para el partidismo y la manipulación de las elecciones. Un pueblo libre comparte sus cuerpos de gobierno, sus valores centrales, sus expectativas y sus ideas. Estos se elaboran intelectualmente y están hechos para durar a través de la práctica de un modo de pensar, así como a través de la participación continua y comprometida del pueblo en los asuntos de estado.

2. La veracidad requiere el conocimiento común compartido sobre el origen de nuestra situación en la Alemania de Guillermo, su desaparición hacia una democracia del colapso y el Nacionalsocialismo. Sólo un giro consciente en nuestro modo de pensar puede ganarnos nuestra libertad. Las formas simples de vida olvidan y empiezan de nuevo. Sin embargo, somos seres humanos y nunca seremos veraces si no mantenemos en nuestra mente lo que se hizo previamente.

Hay jóvenes alemanes que hoy se quejan: en la escuela, la historia se detiene en la Primera Guerra Mundial. Ellos ponen en duda la integridad de los adultos. El pasado debe mostrarse ya a los jóvenes, y como seres humanos tenemos que apropiarnos hasta de las acciones de nuestros padres y ancestros, para lo mejor y para lo peor. Los padres no deben desear proteger a sus hijos del terrible conocimiento. El olvido impide la educación política veraz.

3. Somos los mismos alemanes tanto en Occidente como en el Este. Nuestra libertad política  no es nuestro propio logro; la falta de libertad en el Este no se debe a la perversidad de los alemanes de allí. Para  los de aquí, la libertad nos fue otorgada por los vencedores; el gobierno totalitario fue impuesto a los alemanes de allí. Ambos regímenes tienen su fundamento  en la voluntad de los poderes de ocupación.

Aquí en Occidente, la voluntad de los vencedores nos ha garantizado la oportunidad de convertirnos en una democracia. Nuestra democracia no nació de la noble lucha por la liberación, sino que se nos decretó cuando éramos un puñado de alemanes sobrevivientes.

¿Sabemos realmente qué es la libertad? Algunos europeos han creado la libertad política en batallas sacrificiales. Así llamó Kant a los eventos en Holanda y en Suiza, en Inglaterra y América, los eventos más importantes en la historia moderna. Disfrutamos hoy de sus consecuencias políticas. Pero tenemos la oportunidad de convertirnos en demócratas sólo si comprendemos que la democracia es hasta ahora sólo una constitución externa y todavía no una realidad de la idea democrática en nuestros corazones y nuestras mentes.

4. Dondequiera que faltan nuevos conceptos políticos, las ficciones derivadas del pasado mandan en su lugar.

Nos acostumbramos a tener una Kleindeutschland (Pequeña Alemania) prusiana, el Bismarckstaat, con falsas referencias a sí mismo como el Segundo Imperio siguiendo al Imperio medieval[6]. Este estado, llamado falsamente Reich, no nos trajo ni libertad ni educación política, pero trajo un crecimiento económico asombroso a través del liderazgo en el desarrollo tecnológico de la época, una liberalidad apolítica y gloriosa de la vida, un desarrollo científico superior, una mentalidad con base en la imitación. Hay un esplendor para este estado cuyo carácter engañoso fue inicialmente reconocido por Nietzsche y otros, expresado recientemente de modo amargo en el testamento inspirador de Theodor Mommsen[7].

Entre los poderes del mundo de hoy y en una situación completamente global, el Bismarckstaat es del todo una cosa del pasado. Cuando vivimos como si este pudierta  hacerse real otra vez,  dejamos que los fantasmas beban la sangre del presente y nos impidan comprender los peligros reales y las grandes oportunidades del futuro.

La conciencia racial de la gente de color, en oposición a los blancos, confrontará a Occidente en pocas décadas, o incluso antes, cuestionando si este puede afirmarse a sí mismo como un todo en solidaridad o es devorado, haciendo así pernicioso nuestro nacional socialismo político. Sólo la confederación de todos los estados occidentales urgentemente deseada tiene fuerza, sean estos grandes o pequeños. Considerados en sí mismos, son todos pequeños. 

5. Nuestros dos grandes partidos políticos en la República Federal tienen fundamentos políticamente ficticios. Uno se encuentra en un marxismo que, de facto, se ha dado por vencido y en consecuencia se encuentra confundido acerca de sus pensamientos. El otro partido se llama a sí mismo cristiano, pero un partido político no puede tener íntegramente base en la creencia bíblica. Esto conlleva algo de confusión existencial en este partido.

Con autoeducación política, ambos partidos dejarían de ser partidos ideológicos. Se encontrarían  en el terreno común de un estado con la forma republicana de gobierno y tendrían conciencia política para las condiciones comunes de la libertad. Los desacuerdos estarían dirigidos a través de argumentos políticos y de la credibilidad de los políticos de alto rango. De este modo, el pueblo no sería embaucado por más tiempo. Esto pondría fin al descontento sobre los partidos políticos, donde un pqueño grupo de políticos partidistas han tomado el gobierno de su propio país  como si este fuera un cuerpo extraño. Durante las elecciones, el sentimiento de tener que elegir sin quererlo entre dos males se desvanecería. El partido de oposición sería un factor contribuyente al desarrollo de las responsabilidades propias. Ambos lados desarrollarían soluciones políticas con base en los problemas, no en las tácticas del año electoral.

¡Qué gran visión cuando, por una parte, los socialdemócratas, liberados de la ideología marxista y con una clara comprensión de la situación global, hicieron suya la política exterior de Adenauer, aceptaron en principio sus políticas económicas que hicieron posible el milagro económico y con un total compromiso con la justicia social trabajaron por la solidaridad de todas las partes laborales, en vez de defender la lucha de clases que ya no existen!


¡Y cuando por otra parte, el partido conservador, liberado de su exterior reaccionario, del nepotismo causado por principios confesionales sin libertad de espíritu, aceptaría los principios socialistas orientados hacia mejoras concretas en la justicia social, interesado ahora en la tradición geistige con un compromiso total, que la experiencia viviente de su pueblo atestigua, haciendo sentir convincentemente al público general que la sustancia de nuestro ser se perdería sin esta tradición, enraizada en la antigüedad griega y romana y en la Biblia!


Tengo que deternerme con estos ejemplos que muestran que la verdad no es simple, sino tarea de comprometida integridad; esta verdad no es indiferente, sino que está llena de consecuencias. Tengo que pasar por alto cuestiones del mayor interés, cuyas respuestas prácticas deciden el destino interno de nuestra nación: la cuestión de la educación, desde el primer grado hasta la universidad, así como la cuestión relativa a nuestras fuerzas armadas. Esto es lo mismo siempre: hacernos veraces en el centro de nuestro ser es la condición para que la paz se haga del todo posible, en la medida en que la paz depende de nosotros.


Para nosotros los alemanes, en general: todavía no tenemos la base para compartir las visiones y deseos de hacernos veraces. ¿Podemos volver a ganar la verdad de la auto-conciencia a partir de las demandas de nuestros selectos ancestros, a quienes distinguimos de aquellos que nos seducen?


En el territorio del imperio medieval -con los dialectos alemanes y la lengua alemana escrita- existen hoy Austria, la República Federal, la República Democrática Alemana y existen Holanda y Suiza, que junto a Austria demostraron voluntad de poder y que debido al destino político no se sometieron a la Kleindeutschland prusiana. La sustancia alemana se ha revelado políticamente a sí misma en muchas formas.

La autoconciencia alemana apolítica, más profunda, no puede volverse idéntica a la conciencia política de un solo estado alemán. Nuestra auto-conciencia alemana no puede edificarse por un solo estado y su historia, debido a las discontinuidades de la trayectoria alemana, yendo de catástrofe en catástrofe a diferencia de la auto-conciencia romana, o más recientemente de la inglesa, o de parte de las áreas alemanas medievales en las grandes continuidades históricas de Holanda y de Suiza. No puede ciertamente estar atada al efímero Bismarckstaat, carente de fundamento geistig, moral y político, tergiversado por sus historiadores, cuyas pretensiones carecen de integridad.

Volver a fundar nuerstra antigua auto-conciencia alemana tiene su procedencia en la sustancia pre-política compartida, en el lenguaje, en el Geist, en nuestra patria. De esta sustancia proviene el rol específico de cada estado, también en la República Federal en nuestros días.

Tal vez el futuro descansa en una disposición que resulta ajena a la nación estado: la auto-conciencia de las naciones en su conjunto podría volverse apolítica. Sin embargo, la auto-conciencia política de los ciudadanos individuales se derivaría del estado por sí solo, de su constitución, de su fiabilidad a favor de la libertad por medio de una forma republicana de gobierno. A diferencia de la etnicidad, la ciudadanía tiene una cualidad política y una responsabilidad política. En el futuro, los grupos  étnicos y los pueblos se extenderán más, y de modo más consciente a través del mundo, viviendo de modo concentrado aquí y allá. Los estados están territorialmente delimitados; los pueblos no. Habrá ingleses, chinos, alemanes, judíos, etc. dondequiera. A través de generaciones incluso los pueblos pueden ser transformados unos en otros a través de sus miembros individuales.

Nuestro dolor alemán es la carencia de una conciencia de unidad apolítica que se distingue de la conciencia política del estado. Donde los alemanes viven en una ficción optimista o en un sordo temor, o en la irreflexiva facilidad de un mejoramiento aparentemente continuo de su existencia material, no hay apertura para la auto-conciencia alemana y la responsabilidad federal. Dicha apertura existe en la peculiar desesperación alemana que se manifiesta en el cruce de caminos entre el desdén y la risa amarga para ocultar el amor, ya que el objeto del amor, que se lleva adentro, parece estar perdido.

En la medida en que depende de nosotros, la veracidad podría encontrar su fundamento en la auto-conciencia alemana con base en nuestro cimientos históricos de al menos un milenio, no sólo del cuestionable siglo pasado.

Todos estos aspectos antes mencionados de la falta de veracidad en nuestra condición eran sólo sugerencias de vías relacionadas con el cuestionar e intentos de alcanzar la veracidad, que es la condición de nuestra capacidad de conservar la paz.

Como autores trabajamos en el modo de pensar. Esto puede preparar decisiones concretas, pero las decisiones son acciones en sí mismas. Aunque el autor pretende la verdad, parece estar incomprometido, ya que él no actúa. Mientras los grandes periodistas le dan expresión o forman la opinión pública sobre los eventos diarios, los autores, quienes se vuelven hacia la situación política geistige de su tiempo, fallan incluso en proporcionar consejos concretos. Debido a ello, ellos son reprendidos.

Pero el autor se esfuerza por algo diferente, por algo más: trabaja sobre las ideas, los motivos, los valores centrales, sobre el mundo geistigen que se comparte. Bien puede ser que hable como si estuviera en una habitación vacía, en la cual una tormenta se lleva lejos su palabra sin dejar eco, justo ya en el momento en que habla. Si no sufre por esto, él no lo toma con seriedad. Si no lo puede soportar, él ya no es el autor a través de la única legitimación que conoce, es decir, su certeza de que dice lo que tiene que ser dicho. Cada día le agreden criterios descorazonadores: hay escépticos que parecen saber que nada es verdad. Ellos consideran que son realistas. Son pesimistas que en definitiva sólo ven la miseria y el chance, y consideran todo pensamiento trascendente como utópico. Su tesis es: la humanidad es lo que es, siempre fue así y no puede cambiar.

Estas afirmaciones desalentadoras no pueden demostrarse, pero tampoco pueden ser refutadas. Aquello por lo que se vive depende de la decisión, no de la cognición.

Quien sea quien quiera y tiene por expectativa la razón conoce también el flujo de las metiras en el mundo no menos que los escépticos, los realistas y los pesimistas. Sin embargo, también experimenta que la razón da un paso hacia él cuando él mismo se hace razonable.

Nadie sabe qué es el mundo como un todo y a dónde se dirige. La pureza de dicho no saber es lo que hace posible lo que llamamos verdad, o razón o culto.

Basta que podamos encontrarnos en el camino hacia la verdad y que ganemos coraje a través de nuestra presunción original: la paz es posible sólo a través de la libertad, la libertad sólo a través de la verdad. De ahí, la falsedad es el mal real que destruye toda paz: la falsedad, desde el encubrimiento hasta la negligencia ciega, desde la mentira hasta la mendacidad, desde la irreflexión hasta el fanatismo de la verdad doctrinaria, desde la falsificación del individuo hasta la falsificación de la esfera pública.

Se mantiene la palabra final: la condición de la paz es la responsabilidad compartida de cada forma de vida del individuo en la verdad y la libertad. La pregunta por la paz no es primariamente una cuestión para el mundo, sino más bien para que cada quien se la haga a sí mismo.

¿Cómo podemos los alemanes, desde nuestro lugar y a través de nosotros mismos, facilitar la paz en el mundo? ¡Tomemos seriamente en cuenta la política como el destino que todos compartimos, por medio de la participación o sin ella! ¡Esforcémonos y luchemos por la veracidad en la política sin reservas! La verdad nos puede traer la paz interna. Puede mostrarnos los deberes y derechos de nuestras posiciones de poder del momento en las pruebas por venir. Puede preservarnos de hacernos culpables de nuevas catástrofes. Sólo la verdad hará posible para nosotros afirmarnos en los caminos futuros de la humanidad, como aquello que ha traido alegría a nosotros y al mundo y puede hacerlo nuevamente[8].











[1] He traducido aquí Geist como mente. El adjetivo geistig es difícil de traducir: significa al menos lo espiritual e intelectual. No ha sido traducido a fin de preservar la riqueza del término.
[2] Uno de los términos centrales de Jaspers es erhellen: iluminar, traer a la luz, hacer visible, aclarar.
[3] Denkungsart  es un término kantiano que tanto Jaspers como Arendt usan con frecuencia: es un modo de pensamiento, una disposición intelectual, geistige,  anterior al actuar.
[4] Nota del traductor: Ludwig Erhard fue secretario de economía, Wilhelm Vocke presidente de la reserva federal y Fritz Schäffer secretario de finanzas.
[5] Nota del traductor: Konrad Adenauer (CDU) fue canciller de 1949-1963.
[6] Nota del traductor: El imperio milenario es el Santo Imperio romano de las naciones germánicas (800-1806).
[7] Nota del Traductor: El testamento de 1889 de Cristian Matthias Theodor Mommsen (1817-1903) criticaba a Alemania por no permitir vivir verazmente al individuo.
[8] El traductor quisiera reconocer la valiosa ayuda de los profesores Gregory J. Walters y Helmut Wautischer en la traducción final de este texto y expresar también su gratitud a Robert McMahon por las numerosas discusiones productivas sobre Jaspers, de lo cual es un fruto esta traducción.